Un auténtico reclamo y estampa representativa de la Navidad guardense. Eso es el belén articulado a tamaño natural que monta cada año, y ya van 34, la Asociación Cultural Barrio Barruelo del municipio norteño. Una de sus peculiaridades es que las figuras se mueven y actúan como si fueran seres humanos. Leñador, lavandera o labrador son algunas de las profesiones que se ven representadas en un recinto de casi 700 metros cuadrados a los pies de la Casa Grande que acoge unas 50 figuras únicas, 27 de ellas con movimiento mecanizado, aunque el total suma muchas más ya que animales como gallinas o perros se cuentan por decenas.

Un grupo de seis personas lleva trabajando con mimo desde primeros de octubre para que todo esté listo, reparando el escenario, la iluminación y las figuras y fabricando otras nuevas, como varios patos o una pastorcilla que acompañan a tradicionales figuras como San José, la Virgen, el buey, herreros, campesinos o el propio niño Jesús, cuya cuna el público puede mecer a través de otro de los mecanismos automáticos instalados.

En esta ocasión, «se ha modificado bastante la iluminación», explica Justo Arnáiz, presidente de la asociación. En concreto, nuevas luces led que dan ahora más fuerza al conjunto con el mínimo consumo energético. También se han reparado las hogueras, «que parecen mucho más reales», así como varias de las casetas.

Un belén único para celebrar la NavidadEn lo referente a las construcciones, alguna también está articulada, como el molino, que mueve sus aspas. Lo mismo ocurre con varios de los animales. Por ejemplo, este año la asociación ha introducido unas mariposas que vuelan y se mueven.

Reclamo turístico. «Tras acabar de montar el belén, todos nosotros quedamos muy contentos porque hay una gran cantidad de gente que viene a verlo. No solamente del propio Guardo, sino de otras localidades de la comarca e incluso de comunidades autónomas como Cataluña o País Vasco», comenta Arnáiz. Y es que el que monta la Asociación Barrio Barruelo es único en la provincia y uno de los pocos belenes articulados de toda España y supone, por tanto, un reclamo turístico importante en las fechas navideñas.

Pero la mera automatización de las figuras no es la única peculiaridad de este belén. También funciona por ciclos de día y noche. Es decir, «trabajan en tiempo real. Por ejemplo, las fraguas, para que los profesionales no pasen mucho calor durante el día, funcionan de noche, igual que la panadería, para tener el pan listo por la mañana». Es prueba del cariño y esmero que le ponen a esta tradición.

Un belén único para celebrar la NavidadUna que además es sostenible puesto que todo lo hacen ellos mismos con materiales reciclados, «desde el principio hasta el final». «No se compra nada, solo los cables y la electrónica para gestionar la iluminación. Los motores, muchos de ellos de coches y aparatos viejos como lavadoras, nos los donan y los adaptamos», explica Arnáiz. Lo mismo ocurre con la madera de las construcciones y las telas para los distintos ropajes.

El belén cumple este año 34 ediciones. Justo Arnáiz lleva desde sus inicios y la valoración que hace de todo este tiempo es la de haberse «reinventado continuamente, cada día más». «No tiene punto de comparación el primer año con lo de ahora», subraya.

El recinto estará abierto hasta el fin de semana de después de Reyes. Su horario está regulado para que las figuras no se desgasten. «Suficiente tienen con estar al aire libre», bromea. Funciona de 10 a 15 y de 17 a 00 horas, con horario ampliado en días especiales como Nochebuena o la noche de Reyes «porque la gente sale más a la calle», concluye.