Hasta la campa

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Baltanás cumple con el Voto de Villa de San Gregorio • La imagen fue trasladada de la parroquia de San Millán a la ermita que lleva su nombre

A las doce de la mañana -minuto arriba, minuto abajo- la Romería de San Gregorio salía de la iglesia de San Millán de Baltanás. Amenazaba lluvia.

Los nubarrones no traían buenas nuevas, pero los baltanasiegos no fallaron a su cita con el Voto de Villa que obliga a acudir con la imagen de San Gregorio y decir misa en la ermita, dentro o fuera... y así se hizo.

Sí o sí, San Gregorio sale cada 9 mayo del templo parroquial y es colocado en un lugar privelegiado en la campa, a la vista de todos. De los que siguen la misa, y de los que prefieran tenerla de acompañamiento a sus conversaciones.

Lo hace desde el año 1629 cuando, según la leyenda, una terrible plaga de langosta asoló los campos de la localidad.

Entonces, los baltanasiegos acudieron a la Virgen de Revilla para que los liberara de tal castigo.

Al llegar al lugar donde se encuentra hoy la ermita de San Gregorio quedó fulminada la nube de langosta, lo que se atribuyó a un milagro.

En acción de gracias la Corporación prometió acudir todos los años en rogativa... Y así lo ha cumplido, y lo cumple.

El santo recorrió el camino hasta su ermita acompañado de varias decenas de vecinos a pie y una larga comitiva de coches, que se intensificó a la finalización de la misa campera, cuando los allí presentes ya tenían todo listo para dar buena cuenta de las viandas preparadas.

La amenaza de lluvia no mermó la asistencia de vecinos y visitantes. Un buen número siguió la misa. Pertrechados con chubasqueros y paraguas, pusieron un ojo en el altar, donde tres sacerdotes concelebraron la eucaristía, y otro en el cielo.

Otros aprovecharon el paseo a la ermita para departir. Entre unos y otros, los que se decantaron por afanarse en desplegar unas carpas bajo las que protegerse de las inclemencias y disfrutar cómodamente del día grande de las fiestas de San Gregorio.