Al 50% de ocupación o cerrados en Semana Santa

A. Benito
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Las casas rurales de mayor tamaño no ven rentable el alquiler con la limitación de cuatro convivientes. Muchos alojamientos prefieren esperar a que la situación mejore

Al 50% de ocupación o cerrados en Semana Santa - Foto: Alberto Rodrigo

Castilla y León se adhirió al acuerdo de mínimos aprobado hace unos días por el Consejo Interterritorial del Sistema Nacional de Salud, en el que se recogen medidas preventivas para el conjunto del territorio nacional de cara a la próxima Semana Santa. En la comunidad, el marco adoptado supone la continuidad del cierre perimetral en el conjunto regional, el toque de queda entre las 22 y las 6 horas y la limitación de la permanencia de grupos personales en espacios públicos con un máximo de cuatro personas no convivientes, aunque este número puede alcanzar los seis asistentes en terrazas. En espacios privados, las reuniones solo se podrán dar entre convivientes.

Este contexto hace que, a tan solo unos días de que comience el puente del Jueves Santo al Domingo de Resurrección (1 al 4 de abril), los establecimientos de turismo rural de Palencia lo encaren al 50% de su ocupación, aunque la diferencia entre los que disponen de 4-6 plazas es enorme respecto a los de mayor tamaño (8-16 plazas). Yes que a estos últimos no les sale rentable alquilar la casa a grupos tan pequeños y, por eso, muchos de ellos permanecerán cerrados.

«En mi caso, tengo cuatro viviendas -dos en Valberzoso y otras dos en Canduela- y solo una reservada para Semana Santa. Otros compañeros con los que he podido hablar en los últimos días me comentan que están al 50%», explica Fidel González, presidente de la Red de Turismo Rural Montaña Palentina. También asegura que «mayoritariamente» los alojamientos que hay en los pueblos de la zona norte son para grupos grandes. 

«La realidad es muy distinta a la de Madrid, País Vasco o Cataluña, donde, al parecer, las reservas se han disparado», lamenta González. Y es que son estas comunidades, sobre todo las dos primeras, las que más visitantes exportan a Castilla y León y, por ende, a la provincia palentina. Sin embargo, en esta ocasión, el cierre perimetral con el que se pretende contener un nuevo aumento de los contagios hará que los turistas se queden en sus propias regiones. 

«Nosotros no abriremos en Semana Santa», explica Anabel Pérez, del hotel rural San Hipólito, en Támara de Campos, un local que prefiere esperar a que la gente se pueda mover, al menos, entre comunidades para seguir con su actividad. «En el pueblo hay una casa rural, pero es muy grande y sus dueños tienen que tirar los precios para alquilarla, así que tampoco les sale rentable abrirla», añade Pérez. Por su parte, Juan Bautista, propietario de dos casas rurales de seis plazas cada una en Autillo de Campos, asegura haber recibido bastantes llamadas a lo largo de las últimas semanas. Sin embargo, «para evitar riesgos», ha decidido no abrir. 

En Cordovilla de Aguilar se encuentran los alojamientos de Tino García: una casa de seis plazas y otras dos de cuatro cada una. «A partir del fin de semana del 26 estamos completos. De hecho, desde que comenzó 2021 hemos trabajado bastante bien los fines de semana», indica este hostelero que, hasta que llegó la pandemia, recibía en sus establecimientos a muchos turistas alemanes e ingleses puesto que también ofrece actividades de turismo activo y observación de la fauna. «El verano pasado fueron sustituidos por vascos y madrileños, principalmente, y con el cierre perimetral son numerosos los vallisoletanos y burgaleses», afirma.

En las pequeñas localidades de la provincia también hay establecimientos como Piedra Abierta (San Martín de Perapertú), con un apartamento y un hotel que, en total, suman unas 25 o 30 plazas. «Hasta hace 3 o 4 semanas teníamos las reservas casi completas, pero se anularon y ahora estaremos al 50%», afirma José Ángel Sánchez. «Aunque la gente suele dejar la reserva para última hora, ahora mismo hay mucha incertidumbre y dudas en torno a las normas», explica.

Elena Totorika regenta el Eco-hotel Doña Mayor en Frómista y ha estado dudando hasta hace unos días. Finalmente, ha tomado la decisión de no abrir. «Me supone muchos gastos y creo que es mejor esperar a que desaparezca el confinamiento perimetral por comunidades», señala.

Todos ellos, eso sí, tienen depositadas sus esperanzas en el verano. El pasado fue, para muchos, mejor de lo esperado y eso les ayudó a recuperar, en parte, las pérdidas acumuladas en los meses anteriores. «A ver si nos portamos bien y poco a poco vamos viendo la luz porque una mala temporada estival sería la ruina. Ojalá estos sacrificios sirvan para algo», concluyen.