El aparcamiento disuasorio de la Estación de Pequeña, dispositivo que se puso en marcha en marzo de 2014 tras la firma del convenio de colaboración entre el Ayuntamiento y el Administrador de Infraestructuras Ferroviarias, Adif, para su puesta en valor ya que estaba totalmente infrautilizado, ha doblado su capacidad y pone en servicio 662 plazas, de las que 16 se reservan para personas con movilidad reducida. Además, se ha habilitado un espacio específico para el estacionamiento de cuatro autobuses. Las obras de ampliación, en las que se han invertido 596.279 euros, IVA incluido, han finalizado después de tres meses de ejecución, y los coches han empezado a aparcar en las nuevas plazas habilitadas, mientras ya se está mejorando el espacio que estaba en funcionamiento. Son actuaciones relacionadas con la iluminación y nueva franja de aglomerado
Los trabajos, adjudicados a Hormigones Sierra, han consistido en la demolición de la plataforma aneja a la nave existente así como de los muros perimetrales, estableciendo uno nuevo para todo el recinto con diferentes sistemas, el desbroce, excavación, nivelado y asfaltado de toda la explanada donde se ubican las nuevas plazas de aparcamiento, que ha supuesto la incorporación para el servicio público de un área que se encontraba baldía.
Además de la creación de las nuevas plazas, la intervención, en la que el Ayuntamiento ha venido trabajando desde finales del pasado mandato, ha incluido otras actuaciones, como la mejora de un acceso peatonal en la calle Juan Ramón Jiménez, la creación de uno nuevo en la de Doctor Cajal, la instalación de un nuevo sistema de iluminación con 57 columnas de 12 metros y cuatro proyectores LED por cada una de ellas y una zona ajardinada y de descanso.
«Va a ser una instalación muy demandada y ampliará de forma muy importante la capacidad de estacionamiento en la ciudad. Estoy seguro de que facilitará a los ciudadanos, sobre todo a aquellos que vienen de distintos puntos de la provincia, un aparcamiento muy cerca del centro, lo que seguro que animará las compras», señala el concejal de Obras, Facundo Pelayo.
«Era una obra necesaria debido a la gran demanda de aparcamientos y, sobre todo, a nuestra filosofía de sostenibilidad en la ciudad», afirmó el primer teniente de alcalde, Alfonso Polanco en el inicio de las obras, y añadió que en 2023 el Gobierno y la UE exigirán una zona cero emisiones, «con lo cual esto nos va a dar un respiro». Es actuación «va a suponer -agregó- una pequeña transformación de la ciudad, ya que se interviene en un espacio deteriorado».
Entre las ventajas del aparcamiento disuasorio, que se facilita el estacionamiento a un precio muy asequible, y se la da oportunidad a cualquier ciudadano que tenga que acercarse al centro de la ciudad lo pueda encontrar.