«Hay que descubrir las inteligencias múltiples»

Carlos H. Sanz
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Experta en coaching y liderazgo

«Hay que descubrir las inteligencias múltiples» - Foto: Óscar Navarro

A finales del pasado mes de enero, arrancó en el centro Efides el Palencia Explorer Space, un programa en el que 17 emprendedores desarrollarán ideas de forma colaborativa recibiendo asesoramiento personalizado y formación en innovación y modelos de negocio de la mano de expertos.

Uno de los primeros expertos que han colaborado con ellos es Carolina Isaacs, que este miércoles trabajó con ellos en  impulsar el verdadero liderazgo que cada uno de ellos tiene dentro de sí.

¿El coaching es una moda o ha llegado para quedarse entre nosotros?

Pensar que el coaching es una moda pasajera es como pensar en su momento que limpiarse las manos los médicos también lo era. Los seres humanos necesitamos limpiar nuestros cerebros de aquello que no nos es útil para dejar espacio y construir vías para un futuro más satisfactorio: productividad y felicidad sostenible. 

El coaching lleva 50 años funcionando con ese nombre, pero existe desde que el hombre es capaz de reflexionar. Que reflexionar y cambiar patrones de conducta con herramientas lleve un nombre permite que todas las personas se planteen contratar sus servicios, al igual que a un abogado, un asesor o un médico, cuando lo necesiten.

El coaching ha eliminado la creencia de que tenemos que lidiar con las mayor dificultad en la vida solos. Esa mayor dificultad somos nosotros mismos y los aprendizajes inconscientes que hicimos de niños y fortalecimos a lo largo de la vida.

¿Todos tenemos las herramientas necesarias para emprender?

Si todos tuviéramos las herramientas necesarias para emprender no habría tantísimas acciones encaminadas a ello. No contamos todavía con lo principal: una cultura de emprender. Y esto nos llevará todavía años lograrlo. Pero se está trabajando muy bien.

Las herramientas están disponibles. Debemos despertar el interés, generar confianza y facilitar el acceso a las mismas. Y CISE, con el programa Explorer, lo está haciendo extraordinariamente bien. Al igual que cientos de iniciativas que persiguen el mismo objetivo: construir un mundo mejor entre todos. 

¿Por qué hay gente a la que le cuesta tanto extraer su talento?

Por la cultura y el entorno en el que ha nacido principalmente. De ahí surgen las creencias que uno tiene sobre sí mismo y sobre la mejor manera de relacionarse con el entorno y construir un futuro seguro, libre de errores. En mi época solo se medía el cociente intelectual, pero es absolutamente insuficiente para valorarse e identificar el potencial de uno mismo: hay que entrenar el pensamiento crítico y la inteligencia emocional. Hay que descubrir las inteligencias múltiples y reconocer que todos somos necesarios para llegar a un objetivo común.

¿Es más fácil potenciar las competencias y habilidades directivas en jóvenes o en mayores?

¡Buena pregunta! A los jóvenes básicamente lo que logramos con estas sesiones es abrirles la mente, confirmarles sus sospechas, así como reforzarles en aquello que hacían bien. Dotarles de confianza para el futuro, pero todavía son pocos los que tienen proyectos reales donde practicar y ver los resultados.  Detecto con claridad a los más maduros, brillan ya. A la mayoría les queda todavía mucho que aprender de la vida, de las alegrías y los sufrimientos que hay que vivir para adquirir un grado de consciencia mínimo que les permita ser buenos líderes.

En los mayores la efectividad es más tangible en la medida en la que se comprometen con ellos mismos y su entorno. Con los años contamos con experiencia real, múltiple y acumulada.  Cada reflexión la aplicamos a varios momentos, personas, circunstancias. Es maravilloso dar con las teclas que reactivan el potencial de liderazgo que cada persona llevamos dentro.

¿Cómo podemos enfocarnos para obtener la mejor versión de nuestro yo? ¿Cuánto tiempo hay que dedicar al día a esta tarea?

Todo lo que cada uno ya realice en su vida que le ayude a tomar distancia de sí mismo es fantástico. Te dejo tres prácticas, todas tienen una base contrastada de por qué funcionan. Ninguna es mágica, ni única. Somos seres humanos, complejos y maravillosos, pero algunas pueden ser inalizar el día compartiendo los tres mejores momentos del día y convertirlo en una rutina; practicar deporte (basta andar) y/o meditación (basta con desconectar diariamente el móvil un rato y disfrutar un ratito haciendo algo que nos guste hacer solo por placer); o charlar sobre nuestros sentimientos, nuestros aprendizajes, nuestras dudas. Charlar de verdad, aportando, mejorando, ilusionándonos.

¿Y cuánto tiempo? 24 horas al día. Querer mejorar cada día es una actitud. Mientras estemos despiertos tratar de ser amables con los que nos rodean, con nosotros mismos, fluir con lo que estemos haciendo, sentir las emociones cuando toque sentirlas: cabreo, frustración, ira, tristeza, alegría, sorpresa. Aceptarlas, aprender a identificar lo que las despertó. Querernos. Querernos y tratarnos a nosotros mismos y a los demás desde la ternura. Dejarnos brillar para hacer brillar a los demás.

¿Qué es Pimood y cómo surge?

Pimood somos tres socios multidisciplinares –Josep Cosials, Pau Sastre y yo misma- junto a un buen equipo de colaboradores freelance que impartimos sesiones de liderazgo a empresas utilizando técnicas del teatro. Ponemos mente y cuerpo a trabajar favoreciendo aprendizajes mucho más efectivos que las sesiones tradicionales donde se trabaja exclusivamente desde la racionalidad.

La marca Pimood recoge Personal Innovation Mood, promovemos una actitud de mejora continua en todas aquellas personas en las que impactamos con nuestro trabajo. Surgió hace ya 5 años cuando Maria José Fonseca nos presentó en Barcelona a los dos fundadores: Josep Cosials y a mí. Yo sabía que tenía que unir el teatro al coaching. Mi socio venía de RRHH y se estaba formando teatralmente. 

Yo trabajaba como coach, venía del marketing, era una actriz amateur que comenzó en los escenarios con 15 años en la Escuela Navarra de Teatro y continué hasta ganar en el 2000 el Premio de Teatro Amateur del Gobierno de Navarra. Cuando conocí a Josep supe que había encontrado al socio que andaba buscando. Y así empezamos.