Un rayo de esperanza

DP
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El trabajo de Natalia Moreno que puede verse hoy en la XXIX Muestra de Cine Internacional de Palencia, MCIP, hace un recorrido por la trayectoria y la incuestionable aportación a la música de Ara Malikian

Un rayo de esperanza - Foto: Enrique Cidoncha

La cineasta zaragozana Natalia Moreno presenta hoy en la Muestra de Cine Internacional de Palencia, MCIP,   (22, 15 horas en el Ortega) Ara Malikian. Una vida entre las cuerdas, Goya y Premio José María Forqué a la mejor película documental. El largometraje, que llega gracias a la colaboración del festival Palencia Sonora, cuenta la historia del polifacético violinista a partir de 25 cajas de cartón que llegaron a casa de la pareja hace cinco años al fallecer el padre del músico. 

Un Goya y un Forqué no es mala cosecha, pero qué más representa para usted Ara Malikian. Una vida entre cuerdas

Ahora, mirándolo con distancia, ha sido una maravilla, no solo por los premios sino por lo se aprende  en la carretera, lo que uno se lleva de regalo. Sí que es cierto que cinco años es mucho tiempo, que hay momentos en los que uno pierde la fe, en los que piensa que el proyecto nunca va a acabar, pero bueno... En este caso ha tenido un final feliz.

¿Contribuyen los premios a la carrera del documental?

Los premios parece que no, pero afianzan la confianza, sobre todo en el momento de la distribución y poder llegar a proyectar en salas. Mi intención es que todo el mundo pueda verlo; me encantaría también que alguna plataforma pudiera llevárselo para que sea accesible. Para mí los premios han significado un impulso, dan ilusión y ganas. El reconocimiento de los compañeros siempre es un empuje grande y bonito.

El documental parece que no es de los géneros que mayor difusión o promoción tengan

Me parece que los espectadores, entre los que me incluyo, asocian el documental al aburrimiento, a muchos datos históricos, a rollo.  También entiendo a un distribuidor que tiene que llenar una sala; es su negocio y si no va la gente a verlo prefiere programar una película americana con la que se vaya a llenar la sala. Pero es una pena, porque el documental es un formato maravilloso y se está demostrado que cada vez los hay más chulos.

¿La historia de Ara Malikian puede servir de ejemplo y este documental contribuir a que cunda?

Cuando empecé a hacer el documental sentí que tenía delante una historia que, aunque era la de Ara Malikian, podía ser universal. Habla de la guerra del Líbano, de genocidio, de la familia, la la esperanza, del creer en algo y pelearlo hasta que se consigue. En momento con muchos conflictos bélicos,  xenofobia, racismo, donde hay más de cinco millones de refugiados, me parecía que este documental podía iluminar y dar un rayo de esperanza. Desde esa perspectiva lo miré siempre.

La Muestra de Cine proporciona la oportunidad de encontrarse con el público,  algo que sin duda hay que valorar

Es fabuloso. Ya estuve en una edición anterior con uno de mis cortometrajes. El encuentro con los espectadores siempre es un placer. Uno realiza películas para el público y ver su reacción, cómo lo sienten, el cariño con el que miran tu película, es un regalazo.

Más en Palencia, donde Ara Malikian es un viejo conocido

Es una ciudad que nos quiere y que acoge tanto nuestros espectáculos como ahora esta película. Para mí Palencia es ir a casa también.

¿En qué  proyectos trabaja?

Estoy en proceso de escritura del guion de una película de ficción. 

¿Es la ficción el espacio lógico tras este documental?

Empecé con  unos cortometrajes de ficción y el documental me lo puso delante la vida. Tengo muchísimo respeto a los documentalistas, así que voy a volver otra vez a lo que es mi vía natural, que tiene más que ver con la ficción. Llevo casi un año escribiendo, no tiene tanto que ver con los premios que me han dado puesto que quería seguir en esto y lo voy a intentar. Ahora habrá que rogar a Santa Financiación. Ahí estamos, en la pelea.

¿Hasta dónde puede leer de esa futura película?

Va ser un largometraje que se localiza en los años 20 y contará la vida de dos grandes mujeres, una es Raquel Meller, de mi tierra, y la otra todavía no lo voy a decir porque ahí estoy, creándolo todo.

¿Ha pensado en alguna actriz para esos personajes?

Todavía no. Siempre que escribo me imagino prototipos, qué tipo de actriz podría ser, pero estoy abierta a lo que pueda ocurrir, y ya se sabe, en el proceso de creación de una película, ahora estoy yo pero luego vendrá un productor y aportará sus ganas, su ilusión, sus creencias; después la financiación y también opinará. Prefiero no poner cara porque después me desilusiono.