«Siempre me ha gustado hacer el gamba y hacer reír»

Jesús Hoyos
-

El cómico barcelonés llega a Palencia para inaugurar Jueves de Monólogos, la primera iniciativa del espacio OMY para el verano. Iñaki Urrutia explica cómo afronta el humor en pandemia y cómo la fuerte competencia le obliga a ser mejor cada día

«Siempre me ha gustado hacer el gamba y hacer reír»

Es un hombre muy ocupado. Tanto que concede su entrevista a DP justo antes de subirse a un avión, tras pasar el arco de seguridad. Iñaki Urrutia (Barcelona, 1977) es uno de los cómicos más polivalentes del país.  Compagina sus monólogos por España con varios programas y concursos en televisión tras dos décadas dedicadas a la comedia aunque, en realidad, lleva toda la vida «haciendo el gamba».  

El humorista inaugura hoy  con ilusión la segunda tanda de monólogos veraniegos en el cine OMY tras el éxito del año pasado. 

¿Qué espera de Palencia?

Es la tercera vez que vengo. La primera fue con Paramount Comedy hace 15 años junto a Carolina Noriega. Hace tres volví con J. J.  Vaquero con nuestro espectáculo En Bruto. Espero algo muy positivo porque las otras dos veces fue genial, nos lo pasamos súper bien. Así que no tengo por qué dudar.

Se trata de un espectáculo al aire libre y no un sitio cerrado como un bar o un teatro, ¿le permite esto encararlo de distinta forma? 

Al aire libre siempre es más complicado porque hay un montón de factores externos que no puedes obviar y pueden despistar al cómico y al público. Hay que estar dando un poco más de energía de la que se suele dar. Al final, la esencia del show es la misma, no puede variar mucho. 

También podemos aprovechar esos factores externos. La parte chula de este trabajo es la improvisación, poder jugar y hacer cosas nuevas. 

¿Cómo ha afrontado el humor durante estos dos años de pandemia? ¿Ha tratado el tema en sus actuaciones o prefiere obviarlo?

Tengo una gran dicotomía en ese aspecto. Al principio me hacía gracia porque es algo que estaba ocurriendo y te ves obligado a  comentar que hay una pandemia mundial. Pero, por otro lado, al estar tan presente y hablar tanto y continuamente sobre el tema, me da la sensación de que hay públicos y públicos. 

Hay gente a la que le hacen mucha gracia los chistes sobre la pandemia y otra que dice: «Uf, ¿tú también vas a venir con la misma cantinela?». Entonces, hay que testarlo un poco al principio, decir un par de cosas y ver cómo respira la gente. Si no están muy por la labor, se acabó la pandemia. A otra cosa.

Empezó a trabajar hace un mes como colaborador en Zapeando, programa de humor de La Sexta. ¿Cómo resulta trabajar en un lugar tan exigente y lleno de estrellas?

Ha sido relativamente fácil porque ya había coincidido con casi todos o eran amigos de antes. Por ejemplo, Dani Mateo debe ser el primer cómico que conocí en mi vida, allá por 2002. Con Quique Peinado compartí dos años en la radio. Y Lorena Castell es mi amiga desde hace quince años cuando salíamos de marcha por La Latina en Madrid. No ha sido ni siquiera fácil, ha sido natural. Y a hacer reír. 

Está últimamente muy ocupado. A Zapeando le suma el concurso diario Atrápame si puedes en Aragón TV y el programa Últimos fichajes en Movistar. ¿Cómo puede con todo?

Estoy pluriempleado. Además, estoy cubriendo a Patxi Alonso en el mismo concurso de la televisión vasca. Lo compagino todo teniendo una agenda muy cerrada y rezando para no meter la pata. Y sí, desgasta bastante. En junio ya empiezo a hacer la goma y veo que la energía no me da. Sobre todo noto que no me va fresca la cabeza. Así que considero importante tomarme vacaciones y descansar la mente. Incluso aparco también los monólogos. Hay cosas que sí sigo haciendo durante el verano porque son impepinables, como Zapeando, que es una oportunidad muy chula y a nivel nacional. 

Lleva dedicándose a la comedia casi veinte años pero, ¿cómo fueron sus primeros pasos?

Fue algo bastante natural. Desde que tengo uso de razón siempre me ha gustado hacer el gamba y hacer reír a la gente que me rodea. En el pueblo, yo hablaba y la gente mayor se reía con el niño que decía tonterías y contaba chistes. 

Luego me metí de cantante en un grupo y entre canciones decía cosas graciosas. Presentaba también el bingo, el concurso de mus… Todo esto te va llevando por el camino de manera natural. No entendía no hacer otra cosa en mi vida. 

 

Muchos humoristas encuentran la inspiración en lo más mundano. ¿Es su caso?

Soy bastante común. Hay veces que te asomas a la ventana y ves lo que hace la gente en el mundo normal. Luego se lo das al público y le parece gracioso. Y yo digo: «Si solo he contado lo que acabo de ver». Pero es que el mundo da para mucho. Además, me pasan cosas bastante extraordinarias porque vivo. Voy para aquí, para allá, salgo, entro, voy de cena. En tu casa sentado, seguro que no te pasa nada.

Le ha tocado trabajar junto a una espectacular generación de cómicos españoles. ¿Cómo lo ha afrontado todos estos años?

Provoca presión, pero una presión buena. Si hubiéramos aparecido hace 25 años, no habríamos tenido el boom de El Club de la Comedia o Paramount Comedy. Hay mucha competitividad sana y tienes que apretar el culo porque la gente del entorno es muy buena. Dos muy buenos amigos son, para mí, los dos mejores de España, J. J.  Vaquero y Dani Rovira. Si no te esfuerzas, eres el pobre chico que va con ellos. Eso te hace estar alerta y saber que tienes que mejorar. También es importante seguir a la gente joven.

El otro día Vaquero y yo estuvimos en una sala de Madrid y vimos a un par de chavales jóvenes. Dijimos: «Me cago en la leche, nosotros a esa edad no éramos así de graciosos». La competencia con tus coetáneos y con los que vienen por detrás tiene que ser fuerte para mejorar. 

Por último, un mensaje para los palentinos que le vayan a ver.

Que aprovechen la oportunidad. Es fantástico que alguien apueste por traer monólogos en esta época en la que hemos estado tan fastidiados. Con el fin de reír simplemente. No vamos a cambiarles el mundo ni la vida, ni les vamos a hacer mejores ni peores. Se van a divertir durante una hora y pico. Que hagan eso en tu ciudad, para mí es la leche.