«Es maravilloso que haya gente tan zumbada como nosotros»

Jesús Hoyos
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Ladilla Rusa aterrizan en Palencia con ganas de liarla junto al público del Sonora, «estén sentados, de pie o del revés». Ante las restricciones, han añadido aún más creatividad a sus conciertos

«Es maravilloso que haya gente tan zumbada como nosotros»

Lo que empezó como una broma se ha convertido en todo un fenómeno musical. Ladilla Rusa, formado por dos amigos de esos que se cuentan con los dedos de una mano, llegan al Micro Palencia Sonora para compartir sus mil y una historias en forma de electro pop y rumba catalana.

No es la primera vez que pisan Palencia. Ya estuvieron, por ejemplo, en el Universonoro en 2019. ¿Qué recuerdan de aquello? 

Estuvimos ahí y también en el Palencia Sonora en otra edición. Guardamos muy buen recuerdo. En ambos conciertos nos recibieron con toda la actitud y todas las ganas. Y el concierto en la sala, la verdad, lo recordamos con algo de nostalgia. Llevamos ya demasiados meses sin poder tocar en las salas de conciertos y se echa mucho de menos ese tipo de directo y el calor humano. 

Esta ocasión, la situación es muy distinta. En una plaza de toros, con aforo limitado y gente sentada y separada, ¿cómo afrontan estos nuevos directos?

Hemos adaptado el espectáculo. Antes jugábamos mucho con el público. Le hacíamos participar, de hecho. A veces, les subíamos al escenario, otras bajábamos nosotros a cantar entre ellos... Todo eso lo hemos perdido por las medidas sanitarias, pero nos hemos inventado otras idas de olla que son igual de divertidas y que ponen a la gente muy arriba. Tenemos la gran suerte de tener un público súper entregado y que siempre responde bien, ya sea sentado, de pie o del revés. 

Hace un mes presentaron Todos los días lo mismo, un avance de su nuevo disco. En YouTube, los usuarios afirman que es el «himno de la clase obrera del siglo XXI» y ha sido todo un éxito. ¿Cómo surge la idea para esta canción?

Antes de Ladilla y antes de dedicarnos al periodismo, tuvimos muchos tipos de trabajos precarios y queríamos hacer un pequeño homenaje al currela, que se le hace poco.

Sus canciones van muy ligadas a los videoclips y los géneros que tratan son casi inabarcables, ¿cómo es su proceso creativo y cómo encaran su nuevo álbum?

El proceso creativo varía según la canción, pero normalmente pensamos una idea, nos reunimos y empezamos a tirar del hilo hasta que se nos ocurre toda una historia. En el nuevo álbum vamos a seguir la línea de hacer cosas que no sabemos hacer, algunas muy locas, y vamos a indagar en nuevos géneros y sonidos. Siempre, claro, con el humor como protagonista central de todo. 

Ustedes son periodistas y afirman que empezaron esto como una broma entre colegas. ¿Ha ido demasiado lejos? Su base de seguidores no hace más que aumentar y ya se dedican profesionalmente a esto.

Nunca es demasiado lejos. De hecho todavía tenemos pendiente Eurovisión y cantar en la Super Bowl. Pero fuera coñas: todo lo que nos ha pasado ha sido alucinante y estamos muy agradecidos. Y no nos quitemos mérito: lo hemos conseguido sin tener detrás a ninguna multinacional y sin mucha pasta de por medio.

Hemos caído bien a la gente y el público ha conectado con nuestras bromas. Es maravilloso ver que hay gente tan zumbada con nosotros que disfruta y que le da valor al disparate. Pero sí que es cierto que jamás hubiéramos imaginado dedicarnos a la música de manera profesional, pero así es la vida: no nos deja de sorprender. 

Llevan lo charnego por bandera. ¿Cómo han convertido lo que era un concepto despectivo en algo de lo que sentirse orgulloso?

Esto a veces lleva a equívocos. Somos catalanes y, más que lo charnego, reivindicamos las periferias, los barrios, los márgenes, de Barcelona en nuestro caso. Es cierto que parte de nuestra familia es andaluza y también imaginamos que eso nos ha configurado de una manera determinada: los viajes al pueblo en verano en un coche muertos de calor nos han hecho descubrir mucha música.