Sensibilización en los más jóvenes

Jesús Hoyos
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La psicóloga de la asociación El Azar, Begoña Pérez, explica a alumnos de cuarto de la ESO los riesgos que entraña la ludopatía

Sensibilización en los más jóvenes

En el azar no se puede influir. Es la máxima que transmite la psicóloga Begoña Pérez a los alumnos que asisten a las charlas que la asociación homónima promueve entre los alumnos de 4º de la ESO de diferentes institutos de la capital y la provincia.

Esta campaña de prevención y sensibilización sobre el riesgo del juego, acometida con el apoyo del Ayuntamiento y la Diputación y que se está llevando a cabo desde el inicio del curso actual, trata de «contarles la realidad de lo que es la ludopatía», explica la psicóloga de la asociación, Begoña Pérez.

Las charlas forman parte de un programa de Fejar (Federación Española de Jugadores de Azar Rehabilitados) homologado por el Ministerio de Sanidad y basado en un plan puesto previamente en marcha en Canadá, «donde el riesgo es mucho más apabullante».

Al comienzo de la charla, Begoña Pérez les cuenta qué hace la asociación, dónde están situados (avenida de San Telmo, 21), les pregunta si han estado en alguna sala de apuestas, cuenta casos anónimos que ha tratado y les invita a que vayan si están en problemas.

Y es que «el primer nivel de la prevención es la información», subraya Pérez. «En los 80 nadie iba por los institutos contando lo que se consumía y el riesgo que tenía. Es necesario que sepan por qué en la televisión les ofrecen veinte euros para apostar si nadie da duros a 18 reales», añade.

La psicóloga subraya que los más jóvenes «no son conscientes de los riesgos, de que la ilusión que genera poder ganar treinta euros apostando uno es un enganche». Asegura que las casas de apuestas «nos están invadiendo y son lugares cómodos para ellos donde les dan de beber gratis».

Las restricciones sanitarias aconsejan hacer debates con grupos pequeños. Lo que descubre es que ellos creen «que no es tan fácil engancharse». «En el azar no se puede influir, es algo en lo que insistimos. El juego provoca distorsiones a nivel de pensamiento. Por eso les digo que es una enfermedad mental, ya que hay diferencia entre una adicción y un entretenimiento o un vicio», subraya.

Como ejemplo, señala a quienes empiezan apostando en partidos con los amigos. «Creen que saben de fútbol y pierden mucho dinero», aclara. Además, es «muy fácil pasar de estar con el ordenador o el móvil a jugar con dinero real. En muchos videojuegos existen gastos adictivos asociados aunque no impliquen juegos de azar como tal».

 

Llegar a los barrios. El próximo paso es llegar a los CEAS, a las familias en los barrios. «Está previsto dirigirnos en enero o febrero a alguna asociación de vecinos», avanza la psicóloga.

Por eso, destaca la importancia de que las instituciones se involucren. «Sin su apoyo, otros años hemos hecho estas actividades, pero no con la misma intensidad. Ellos pueden promover campañas de prevención ya que tienen mucho poder en los barrios», concluye.