Podemos ha demandado al Ayuntamiento de Palencia que informe acerca de las inversiones adjudicadas a La Tejera, ya que la comisión constituida para examinar sus sobrecostes ha resultado “poco productiva”. Además, achacaron en un comunicado, tanto al PP como al PSOE, la responsabilidad de que la Comisión Informativa Especial de La Tejera, configurada en octubre de 2018, aún no haya aportado explicaciones sobre el coste de las obras, que duplicó la cantidad prevista y tampoco se han ofrecido detalles acerca del objetivo de nuevas inversiones anunciadas en la zona.

El candidato de Podemos a la alcaldía de Palencia, Francis Salcedo, reprochó al Consistorio  que la ciudadanía no sólo no llegue nunca a ver las obras acabadas, sino que tampoco “llegue a enterarse de dónde han ido a parar los millones de euros de sobrecoste salidos de su bolsillo”. De este modo, se refirió a lo difundido por varios medios de comunicación, que aseguran que el Ministerio de Fomento no llegó a enviar al Consistorio de Palencia la documentación requerida sobre certificaciones y modificaciones de obra.

No obstante, en caso de que las obras culminen, Podemos Palencia mostró  su desconfianza en cuanto a la eficacia de uso que el Ayuntamiento le dé, como es el caso, del Centro Cultural Lecrác, que ofrece “exposiciones cubistas” cada vez que llueve porque lo inundan las goteras. Asimismo, hizo alusión al antiguo colegio San Ignacio de Loyola, que iba a convertirse en la nueva Escuela de Arte Mariano Timón, con una adjudicación de más de 5 millones de euros de los que “no se sabe cuánto se gastó” y que “además sigue abandonado”.

Para Salcedo, sólo con un Gobierno “que no deba favores a nadie, tendremos la fuerza suficiente como para conocer a qué bolsillos han ido a parar los millones en sobrecostes de las obras y por qué”. Por ello, en nombre de la formación, ha asegurado que no cejará en su lucha por supervisar “cómo se gasta el Ayuntamiento de Palencia el dinero de nuestros impuestos”.

Por último, insistió en que Palencia precisa estructuras gestionadas de forma responsable, para dar cabida a las necesidades de la capital en materia social o cultural. Esto se  conseguirá, dijo, con una administración responsable de los espacios ya existentes, que exija responsabilidades a quienes permiten el deterioro de los mismos y “se preocupe por llevar a cabo seguimientos en obras deficientes”.