Ahora la pecera es también sostenible

A. Benito
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El colegio San Gregorio da un paso más y combina en un mismo proyecto la educación emocional y el desarrollo sostenible. La iniciativa cuenta con el apoyo de la Junta

Ahora la pecera es también sostenible

Empezó siendo un proyecto enfocado a desarrollar las competencias emocionales de los niños y a promover en ellos actitudes orientadas a alcanzar objetivos como el fin de la pobreza, el hambre cero, la educación de calidad, la igualdad de género, el agua limpia, el saneamiento, la paz o la justicia. Ahora La pecera de las emociones es también sostenible. 

"Antes, el proyecto tomaba como base seis Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), ahora todo pivota en torno a la producción y el consumo responsables. Cada mes elegimos un bloque temático y lo trabajamos con los alumnos", explican Sandra Ibáñez y Sandra Garrido, impulsoras de una iniciativa que nació hace dos años y que hace solo unas semanas fue una de las catorce premiadas en la convocatoria para la subvención de proyectos educativos para el desarrollo en centros de Castilla y León. De esta forma, el colegio San Gregorio de Aguilar recibirá algo más de 3.000 euros para llevar a cabo esta propuesta que, a día de hoy, implica a los alumnos de Infantil, Primaria y Secundaria.

"La metodología que utilizamos es la del thinking-based learning, o lo que es lo mismo, el aprendizaje basado en el pensamiento", explican las docentes, que junto al resto del profesorado animan a los niños y jóvenes a resolver problemas a través de la reflexión, el pensamiento crítico o las dinámicas de grupo para desarrollar en ellos habilidades relacionadas con la resolución de problemas.

Ahora la pecera es también sostenibleAhora la pecera es también sostenibleLa moda, el turismo, la higiene, la comida, el transporte, la energía, los juguetes o la casa son los temas que el centro educativo ha elegido para llevar a cabo el proyecto. Es decir, asuntos cotidianos que hacen ver a los niños y a los adolescentes que su hábitos del día a día repercuten no solo a nivel local, sino también en el resto del mundo.

"Antes nos centrábamos en problemas que a los estudiantes les resultaban más lejanos. Ahora queremos hacerles ver que sus actos afectan al resto de la sociedad. En definitiva, nuestra intención es que sean responsables de ellos", continúan las impulsoras del proyecto.

Precisamente, para hacer extensiva La pecera de las emociones sostenible a otros sectores de la población aguilarense, el colegio San Gregorio colabora con instituciones como la residencia Santísima Trinidad, donde hace algunas semanas se impartió un taller de jabones artesanos. 

Asimismo, Sandra Garrido y Sandra Ibáñez participaron recientemente en un encuentro de docentes para el desarrollo en el que mostraron a sus colegas de profesión las características de esta iniciativa que, según apuntan ambas jóvenes, está teniendo una gran repercusión en los diferentes espacios del colegio. "Toda la comunidad educativa conoce los ODS y se está creando una importante conciencia social", aseguran.

PEQUEÑOS MAESTROS. "Uno de los aspectos más curiosos y positivos del proyecto es que los alumnos están desarrollando una especial sensibilidad ante determinados temas y son ellos los que se encargan de educar a sus padres", señalan las profesoras, a la vez que destacan el hecho de que La pecera de las emociones esté cambiando la manera de pensar de grandes y pequeños.

Finalmente, Ibáñez y Garrido apuntan que, a raíz de esta iniciativa, han surgido otras muchas que muestran esa evolución de conciencia en los profesores. Asimismo, las jóvenes subrayan el destacado papel que juegan los más pequeños en la protección del medio ambiente. "Ellos son los únicos que pueden generar el cambio y apostar de una vez por todas por la sostenibilidad", recalcan.