El próximo 11 de junio el Bislett Stadium de Oslo (Noruega) acogerá una nueva edición de los Bislett Games, centenaria reunión atlética internacional que forma parte de la Diamond League y que esta vez bajo la denominación de Impossible Games, promete un espectáculo diferente al tradicional.
La alerta mundial por la pandemia ha suspendido las seis anteriores citas puntuables de la Diamond. Pero los responsables de la reunión noruega se han resistido a ello y, sin público en el estadio (pero con una hora de retransmisión televisiva por el canal público NRK), en Oslo sí habrá atletismo.
Una de las pruebas, la estrella dada la participación de uno de los mejores atletas del mundo, además noruego, será la exhibición de los 300 metros obstáculos. Tomará parte el local Karsten Warholm, doble campeón mundial de 400 vallas y el único rival capaz de superar a Óscar Husillos en los 400 metros del último Campeonato de Europa en pista cubierta, en Glasgow, el pasado año. Allí el astudillano batió el récord de España bajo techo (45’’66). En Oslo Warholm se medirá al veterano británico Chris Rawlinson (plusmarquista mundial del aire libre de la atípica prueba).
Los discóbolos Daniel Ståhl (oro mundial bajo techo en 2019), Simon Pettersson y Ola Stunes Isene (también finalistas en Doha) competirán en el disco. En la pértiga Mondo Duplantis (plusmarquista mundial) se medirá en vivo a Sondre Guttorms, mientras el francés Renaud Lavillenie saltará simultáneamente en el jardín de su casa.
Y, junto a otras carreras de exhibición por parejas (con una calle de separación entre los atletas), todavía por cerrar, en los 3.000 metros obstáculos correrá en solitario Karoline Bjerkli Grøvdal, buscando el récord noruego con la ayuda de una inusual liebre electrónica (el borde del anillo se iluminará marcando el ritmo de carrera necesario al corredor).
EXHIBICIONES DE HARO. Han pasado más de 40 años de sus últimas gestas como fenomenal atleta, pero el nombre de Mariano Haro sigue sonando incluso en lo que a inusuales proezas se refiere, como las que se preparan en Oslo.
Porque el León de Becerril fue grande en las competiciones oficiales de pista y en las de campo a través, pero también dejó para la historia algunas exhibiciones que merece la pena rescatar décadas después.
Así, el Día de Reyes de 1977, en la recta final de su carrera deportiva (donde todavía firmaba marcas excepcionales para cualquier otro atleta), contaba Mundo Deportivo que participaba en la plaza de toros de Tolosa (Guipúzcoa) en una prueba de korrikalari (corredores). Se trataba de un duelo entre el becerrileño y un trío de relevistas (José María Yugueros, Vicente Artola y el francés René Jourdan corrían cada uno un tercio de la distancia). 10,188 km, en 100 vueltas al coso de 100 metros. Mientras los aficionados apostaban en las gradas, ganaba Haro con 29’52’’; sus rivales, 30’59’’. Había simulado el circuito en su pueblo con un recorrido circular de 100 m. El palentino, con 36 años, había corrido el 31 de diciembre la San Silvestre en Madrid, el 2 de enero se adjudicaba el Cross de Manresa y el 6 aún tenía fuerzas para la demostración. El récord de esta prueba lo tenía el británico Gordon Pirie desde 1961, con 31’32’’, en la plaza de San Sebastián. No fue hasta 2011 cuando el bareiní Ali Hassan Mahboob, en pugna con el ugandés Joseph Kusuro rebajó, esta vez en la plaza de Azpeitia, el registro de Mariano Haro (invitado a la cita), con 29’37’’
El atleta del Educación y Descanso que entrenaba Gerardo Cisneros también batió en dos ocasiones (ambas en el estadio donostiarra de Anoeta) el récord de la hora. Lo dejó (sigue vigente) en 20.493 metros el 9 de agosto de 1975. Ampliaba en más de 1 km su propia marca, lograda el 2 de octubre de 1965 (19.403,15 metros). En la carrera del récord que ha llegado a nuestros días superó a otros tres atletas, Juan Hidalgo (20.137 m), Ricardo Toro (17.702) y el palentino Santiago de la Parte, que se retiraba superado el ecuador de la misma, como contaba Miguel Calvo (de la Asociación Española de Estadísticos de Atletismo) en un detallado artículo en www.rfea.es. Aquella tarde también marcó el vigente récord de España de 20.000 m (58’37’’8).