Los dos últimos casos de agresiones a funcionarios de prisiones en La Moraleja de Dueñas ocurridos el pasado mes de abril se han saldado con ocho profesionales de baja laboral. «Es una situación que no es de ahora; viene ya de lejos», apuntan a este periódico Esteban Averturo (portavoz en la asamblea de Dueñas de la asociación Tu Abandono Me Puede Matar), Javier Alonso (miembro de la junta de personal de Tampm) y María Jesús Calvo (miembro de la ejecutiva nacional de Tampm).
La prisión de Dueñas, según los datos aportados a este periódico, alberga en la actualidad unos 700 internos de los cuales unos 250 están considerados como conflictivos o muy conflictivos, lo que supone uno de cada tres presos. «En la cárcel de Dueñas no tenemos una importante población de reclusos propiamente oriundos de la provincia. Es una prisión en la que nos llegan internos de otras provincias y evidentemente algunos de ellos con un perfil conflictivo o muy conflictivo. Sin embargo, desde hace unos 10 años hacia la actualidad se ha notado un incremento de la conflictividad que, como consecuencia, se ha derivado en un mayor número de agresiones a compañeros», apunta a DP Esteban Averturo.
Según los datos aportados por Tampm, en la prisión de Dueñas solo están ocupadas 239 plazas de funcionarios para una plantilla básica establecida de 310 plazas, por lo que existe un déficit de plantilla del 22,9 por ciento. Pero con ser este un problema importante, no es ni mucho menos el mayor: «En realidad esta es la plantilla si contamos con un personal de administración y demás tareas. En concreto, en el servicio de vigilancia, que se encarga de supervisar a todos los internos y teniendo en cuenta los turnos de trabajo, tenemos que una media de 39 funcionarios se encargan de la vigilancia diaria de todos los presos (supone una media de 18 internos por funcionario) y, por si fuera poco, la edad media de nuestro colectivo es de 55 años», explica Esteban Averturo.
Alguna de las secuelas de las agresiones sufridas por los funcionarios de la cárcel de Dueñas.Los tres representantes de Tampm reiteran que es inconcebible que a fecha de hoy el colectivo de funcionarios de prisiones no tenga el reconocimiento de agentes de la autoridad. «Somos el grupo de la administración pública que más agresiones sufrimos, pero no tenemos reconocida la condición de autoridad, lo que conllevaría un agravante cuando sufrimos agresiones», se lamenta Javier Alonso.
SUELDOS Y FORMACIÓN. La integrante de la ejecutiva nacional de Tampm, María Jesús Calvo incide en que, además, los funcionarios de prisiones «llevan congelado en sueldo desde hace 15 años y en cuanto a nuestra condición de agentes de la autoridad, ninguna propuesta legislativa en este sentido ha salido adelante hasta ahora. Solo queremos que se nos reconozca nuestro trabajo y, por ello, también exigimos una mesa sectorial de negociación para los funcionarios de prisiones además de un plan extensivo de formación. De hecho, cuando ocurren incendios en las celdas no sabemos ni cómo ponernos los trajes especiales. Tardamos más de 15 minutos».
Muere un preso en Dueñas tras incendiar su celda
Un interno del módulo de aislamiento clasificado en primer grado del centro penitenciario de La Moraleja, en Dueñas, que provocó a comienzos de marzo un incendio en su celda, ha fallecido a consecuencia de las heridas sufridas y por la inhalación del humo, según confirmaron a este periódico fuentes de la asociación de trabajadores penitenciarios Tu abandono me puede Matar (Tampm). Las mismas fuentes indicaron que como consecuencia del siniestro los funcionarios del servicio tuvieron que intervenir de manera inmediata para socorrer al interno, «poniendo en riesgo su integridad física y demostrando su profesionalidad», afirma Tampm, siendo necesaria también la ayuda del servicio de mantenimiento para poder abrir la puerta de la celda.
«Esta situación creó una situación de nerviosismo y tensión que se solventó por la experiencia y saber hacer de los funcionarios», añade Tampm, que incidió en que el interno fue trasladado al módulo de Enfermería. Tras recibir las primeras atenciones por lesiones de diversa consideración, el recluso fue trasladado en una ambulancia medicalizada al hospital Río Carrión. «Es un problemas muy serio el que tenemos con los incendios en las celdas. Sufrimos una media de unos cuatro o cinco al año y cuando se producen, además de evacuar la galería, los funcionarios tenemos que adoptar las medidas que marca el protocolo con la utilización de las máscaras contraincendios sin saber cómo se colocan porque no hemos tenido formación al respecto y si el material es el adecuado. Son situaciones muy delicadas que no se tienen en cuenta por parte de los máximos responsables», explicaba a este periódico Esteban Averturo, portavoz de Tampm de Dueñas.