The Cuban Jazz Syndicate, liderada por el multifacético baterista, productor y compositor Michael Olivera, clausuró ayer junto al pianista y compositor Pepe Rivero la que ha sido la edición «más segura» del Jazz Palencia Festival, según destacó su promotor, José Ángel Zapatero.

Ritmos latinos y caribeños con los que el Teatro Ortega bajaba el telón hasta el próximo año de un exitoso ciclo cultural que ha colgado el cartel de no hay billetes en sus cuatro conciertos. En total, en torno a 800 personas al estar el aforo de la sala limitado a 200, la inmensa mayoría de Palencia por las limitaciones de movilidad impuestas por el Gobierno. 

«El balance es muy postivo. Simplemente por el hecho de poderlo hacer ya lo era, pero mucho más por la buena respuesta del público», señaló Zapatero.

Un festival «muy variado» con el que la capital demuestra que se puede hacer cultura a pesar de los tiempos que vivimos, siempre cumpliendo las recomendaciones de las autoridades sanitarias. «Lo que buscaba mucha gente era una burbuja más allá del monotema (el Covid) y que le diéramos un rato de felicidad con música en directo», concluyó.