El Roto corteja a Goya

Agencias-J.Villahizán (SPC)
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El dibujante Andrés Rábago se sumerge en el alma humana de la sociedad actual a través de la mirada franca del pintor aragonés

‘La pesadilla’ es una aguada de colores en papel avitelado. - Foto: Baztán Lacasa, José

Pasado y presente se dan la mano en el Museo del Prado con una exposición alegórica sobre la pintura de Goya a través del pincel satírico y humorístico de Andrés Rábago, más conocido como El Roto. El dibujante homenajea al aragonés a través de 36 dibujos que están a medio camino entre el capricho y el disparate. 

Aunque parezca que se trata de dos mundos dispares y divergentes separados por más de dos siglos de distancia y con técnicas y temáticas antagónicas, ambos autores persiguen un mismo fin: una crítica punzante a la sociedad de su época. 

Si Goya dibujó y grabó con la intención de hacer partícipe a la sociedad de sus apreciaciones al comportamiento humano, otro tanto pretendió El Roto a través de sus viñetas diarias, en las que conjuga la imagen con un breve pero expresivo texto, en coherencia con lo esencial de su austero trazo.

El Roto representa en ‘Saturno devorando salchichas’ una de las pinturas negras más famosas de Goya. El Roto representa en ‘Saturno devorando salchichas’ una de las pinturas negras más famosas de Goya. Andrés Rábago versiona en la exposición algunas de las obras más conocidas de Goya, al tiempo que crea un puente en el tiempo entre ambos artistas, dos creadores que comparten mirada y lenguaje común. Además, se da la circunstancia que la muestra de El Roto coincide en la pinacoteca madrileña con Solo la voluntad me sobra, la mayor exposición de dibujos de Goya hecha hasta el momento.

El título de la exhibición -No se puede mirar-, perteneciente a uno de los dibujos del Cuaderno C, forma parte de un conjunto de más de 100 ilustraciones elaboradas por Goya hacia 1808-14, y constituye una de las más intensas reflexiones sobre la condición humana: sus miserias, violencias y temores. 

«He intentado utilizar el ADN de Goya, que está en el pensamiento y en la forma de ser de cualquier español, para reflejar los temas actuales», explica el dibujante sobre la selección de sus composiciones.

Una estampa de Rábago sobre la tauromaquia. Una estampa de Rábago sobre la tauromaquia. - Foto: EL ROTOEl Roto comparte con Goya un mismo foco, es decir, siempre intenta mostrar el lado oscuro del ser humano por medio de un lenguaje mordaz y crítico. 

De hecho, todos los temas fundamentales del genio aragonés se encuentran en No se puede mirar: la hipocresía social, la manipulación de la población por parte de grupos de poder, la opresión de las clases más desfavorecidas, la violencia machista o las múltiples formas de ignorancia que padece el ser humano.

Algunas de las ilustraciones son claras referencias a las obras más conocidas de Goya, como Saturno devorando salchichas, en las que la famosa pintura negra se transforma en un análisis a la sociedad contemporánea con un dios romano visiblemente más gordo y un pequeño sustituido por una ristra de embutido.

El dibujo ‘Aquellos polvos… estos lodos’.El dibujo ‘Aquellos polvos… estos lodos’. - Foto: Baztán Lacasa, JoséEn otra estampa, dedicada a la tauromaquia, a las que Goya incorporaba elementos de gran violencia, Rábago dibuja un torero a punto de embestir a una mosca. Y en una sobre la barbarie humana, bautizada como Cazador letrado, un aficionado a la caza acribilla a un grupo de libros volando.

Los dibujos de uno y otro se complementan con títulos, frases, comentarios y textos que refuerzan sus ideas. Y lo hacen solo con lo esencial y con el único elemento que dominan: la imagen coherente y austera. Sus obras están concebidas para hacer pensar, para interrogar sobre todo aquello que hace que la vida de las personas no sea todo lo feliz que podría llegar a ser. 

Al igual que sucede en las viñetas de El Roto, los dibujos del Prado  son una combinación de humor, la mayoría de las veces negro, con un intenso dramatismo.

Con No se puede mirar el Museo del Prado abre una vez más sus puertas al arte contemporáneo y corona la programación de exposiciones diseñada por la pinacoteca con motivo del bicentenario de su nacimiento. 

El Roto firma con esta muestra un sentido homenaje a Goya, un artista que era un magistral observador del alma humana, al tiempo que crea un universo atemporal entre los dos creadores y realiza una crítica mordaz e inteligente de la sociedad en la que vive.