'La última tourné' de Mario y Alaska

Alicia G. Arribas (EFE)
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La pareja regresa al escenario con una producción sobre el crepúsculo de las funciones de variedades que suspendieron por la pandemia

El dúo artístico anuncia su regreso al Calderón, en Madrid, del 21 de octubre al 5 de abril. - Foto: Luca Piergiovanni

Alaska y Mario Vaquerizo reviven en La última tourné el crepúsculo del teatro de variedades, las parisinas varietés que en España recorrían los pueblos con sus maravillosas vedetes (a veces solo purpurina y lentejuelas).

«Pero el género no termina de desaparecer porque siempre hay gente joven que se interesa y siempre hay una especie de vedetismo alternativo. Y luego hay gente de una edad, como la mía, que conocimos el género de pequeños y nos sigue gustando», explica Alaska.

«El teatro de las variedades ha cambiado mucho, de hecho dejó de existir hace mucho tiempo, yo no lo viví, pero recuerdo a mis tíos yendo a ver a Norma Duval, o a Raúl Sender al Xenon», agrega Mario Vaquerizo.

Los artistas hablan de su regreso a los escenarios madrileños para terminar la gira que empezaron en Estepona y rodaron por 17 ciudades, Altea, Úbeda, Palma de Mallorca, Bilbao, Murcia y Málaga, entre ellas, y que terminaron de forma abrupta en Córdoba a causa del coronavirus.

«Shakira es una vedete, y Jennifer López también», opina Alaska, en el sentido de que «montan espectáculos con escenografía y bailarines». «Venga brillo, mucho brillo, te vuelves loca», aporta Mario.

Pero claro, explica la cantante, «de lo que hablamos en La última tourné es del teatro de variedades que tenía un guioncito donde una persona contaba un chiste, otra cantaba a lo folklórico...». Y es ese momento crepuscular el que se reivindica en la obra, así como «a esas figuras que siempre estuvieron mal vistas por los bien pensantes», remata el periodista y showman.

«No deja de ser una paradoja que hablemos de esto como cultura cuando para nadie lo fue, sino consumo puro y duro», sonríe Alaska. «Lo que hacemos nosotros la gente tampoco lo considera cultura, pero me da lo mismo», lanza el dardo Vaquerizo.

Bromean con lo «bien que se llevan» trabajando y se preocupan de que la prensa este cómoda guardando las distancias para evitar cualquier posibilidad de contagio.

«Yo quiero mi normalidad y mi rutina, la que elegí y quiero seguir manteniendo y la que a pesar de las adversidades trato de seguir haciendo, como es hacer teatro o dar conciertos (...) y tendremos que adaptarnos, pero no va a formar parte de mi vida», afirma rotundo.

«No puedes quedarte parado», abunda Alaska, quien considera que «no hay nada más fácil» que «ir al teatro con tu mascarilla y con el aforo que vayan marcando; y eso es lo que vamos a hacer en Madrid, del 21 de octubre al 5 de abril».

La obra, dicen, está de plena actualidad porque lanza una reflexión «bonita»: hay que cambiar cuando tú quieres, no cuando te lo imponen».

Les encanta decir, a coro, que «van a hacer temporada» en Madrid, «como las vedetes de toda la vida, en el Calderón miércoles, viernes, sábado dos veces, y domingo», con lo cual, le va a ser difícil a Mario estar en la final de Tu cara me suena. Ninguno quiere comprometerse con nada que les impida subirse al escenario.

Esta aventura nació hace tres años cuando le cogieron el gustillo a las tablas tras ser estrellas invitadas en las obras de Félix Sabroso, algo que hacían en los huecos que les dejaban Fangoria y Nancys Rubias. Ambos son amigos del dramaturgo, otro «artista global», como le consideran sus próximos, que logró tenerlos implicados con las comedias musicales El amor está en el aire y El amor sigue en el aire. Ahora, Sabroso repite con la misma troupe.