Derrota en el igualado final

David del Olmo
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El EasyCharger Palencia cedió por un solo punto (63-62) en el encuentro definitivo de la Copa Castilla y León. Prince Ali, el mejor de la tarde, no acertó en la jugada decisiva

Derrota en el igualado final - Foto: Víctor Quintana / Palencia Baloncesto

Se quedó a las puertas de celebrar su cuarta Copa Castilla y León el EasyCharger Palencia, que dispuso de la última bola para ganar el título ante el UEMC Real Valladolid, pero la pelota no acabó entrando en la entrada a canasta de Prince Ali, el más destacado del encuentro, que pese a sus 23 puntos y ofreciendo una excelente imagen de jugador desequilibrante se marchó con ese agridulce sabor.

Le costó elaborar su juego al equipo palentino, tras un buen inicio de choque (18-23 en el primer parcial), atascado en ataque en el segundo acto, para llegar con un tanteo equilibrado al descanso (33-32). Los pucelanos, entrenados por Roberto González, ganaban también el tercer parcial y encaraban el cuarto y definitivo con seis puntos de ventaja.

Pero ahí el EasyCharger encontró su mejor ritmo de juego y, con Dani en la dirección y muy buenos minutos de Tomas Pavelka (tomando el relevo como referencia en la pintura, en defensa y ataque, de Bamba Fall), le dio la vuelta al marcador y acarició el triunfo. 

Derrota en el igualado finalDerrota en el igualado final - Foto: Víctor Quintana / Palencia BaloncestoCuatro puntos seguidos de Ali situaban el 57-60 y dos tiros libres de Chumi Ortega colocaban en cinco la diferencia favorable a los palentinos. Pero tras ese 57-62 los morados cometieron varios errores seguidos (fallos en el tiro que faltaba para sentenciar, una pérdida de Pavelka y una falta innecesaria de Chumi), que permitieron al Valladolid volver a ponerse por delante (63-62). La última jugada, para intentar ganar acabó en bandeja, obstaculizada  por un defensor, de Ali. No entró. El sábado llega la liga.

DETALLES. El entrenador del equipo palentino resumía el encuentro final de la Copa: «Una primera entrada muy buena, haciendo las cosas que queríamos, y después ellos han impuesto su ritmo físico. Nos han sacado de los sistemas, no hemos sabido jugar a lo que queríamos y esos dos cuartos han sido suyos. En el siguiente hemos estado muy bien, hemos hecho lo que teníamos que hacer, hemos vuelto al partido y todo se ha decidido al final en detalles».

«A veces hay que aprender -añadía Pedro Rivero-. A todos nos hubiera gustado meter la última o que hubieran pitado falta y ganar. Porque ganar es divertido, pero a veces hay que aprender cosas». Yrecordaba los últimos errores, pecados de juventud sobre todo del pívot de 20 años. Porque la Copa «es el momento» de cometer errores y de aprender de ellos.