La Audiencia Provincial ha fijado para hoy el juicio contra seis hombres acusados de un delito contra la salud pública (tráfico de drogas). Algunos de ellos suman otros delitos como tenencia ilícita de armas y atentado en concurso con dos delitos de lesiones. El fiscal pide penas que en su conjunto superan los 35 años de cárcel. La banda fue desmantelada en una operación que comenzó en febrero de 2013 con escuchas telefónicas.

Solo por traficar con drogas, concretamente cocaína y heroína, tráfico que se producía en Palencia, el ministerio público pide cinco años de cárcel para cada uno de los acusados que se sentarán en el banquillo. El acusado que acumula más petición de pena, hasta ocho años y dos meses, es un hombre que cuando volvía de Vizcaya a Palencia fue interceptado por la policía a la altura de Venta de Baños, cuando se dirigía a la capital con droga en el interior del vehículo.

En esa circunstancia tuvo lugar una espectacular persecución. En una rotonda de Venta de Baños, y siempre según el extenso escrito del Fiscal, el hombre colisionó en su intento de huida con varios coches. Algunos de los vehículos siniestrados en la persecución pertenecían a la Policía. De hecho, algunos agentes sufrieron lesiones de cierta relevancia. Uno de ellos estuvo de baja 143 días y otro 101. No fueron los únicos, aunque sí los más afectados.

Este juicio se celebra siete años después de la operación llevada a cabo por el Cuerpo Nacional de Policía, que llegó a detener inicialmente a 13 personas, nueve de ellas hombres y cuatro mujeres, que se dedicaban presuntamente a la venta ilegal de droga en Palencia y que adquirían principalmente en Salamanca.

En la operación, que se denominó A-62 por ser ésta la vía utilizada presuntamente por los detenidos para desplazarse a comprar la droga, la Policía se incautó en los diferentes domicilios de los detenidos de distintas cantidades de cocaína, marihuana, hachís y heroína. También se aprehendieron diversos útiles para hacer las dosis de las drogas, dos pistolas, dinero en metálico y cuatro vehículos de gran cilindrada con los que se desplazaban para comprar las sustancias estupefacientes.

El modus operandi era desplazarse hasta Salamanca para adquirir la droga, que ocultaban en su cuerpo (cápsulas o bolas en su ano) para superar posibles controles en la carretera. Los beneficios, según la Policía, podría rondar los 28.000 euros mensuales gracias al menudeo en la capital palentina, donde residían.