Desde el año 2016, el Imbeac ha apostado por la documentación en fotogrametría 3D de las excavaciones arqueológicas que lleva a cabo. Unos años después, el organismo responsable de los trabajos en Monte Bernorio (Villarén de Valdivia), Huerta Varona (Aguilar de Campoo) y La Loma (Santibáñez de la Peña), ha comenzado a experimentar con distintos procedimientos de registro fotogramétrico de objetos arqueológicos, tanto en los yacimientos como en el laboratorio, con el fin de crear un museo virtual.
«Las aplicaciones prácticas son muy amplias y servirán para que, en un plazo breve de tiempo, tanto el público en general, como los investigadores que deseen manejar virtualmente este tipo de objetos puedan acceder a ellos», explican desde el equipo del Imbeac, que hace solo unos días hacía público este nuevo e interesante trabajo a través de su blog y su página de Facebook.
«La idea es que esos modelos sin uso fuera de los informes sean accesibles al público», explica Marcos Galeano, uno de los responsables de este proyecto que verá la luz a lo largo de este año. Así, a través de la plataforma SketchFab, la gente podrá ver reconstrucciones virtuales de múltiples objetos y también de las estructuras que formaban parte de los antiguos asentamientos ubicados en el norte de la provincia.
«Es como una especie de papiroflexia virtual: a partir de imágenes tomadas desde diferentes ángulos, cada cara se une en una malla 3D a la que después se le aplica el color», expresa Galeano al tiempo que señala que cada reconstrucción tiene un importante trabajo arqueológico detrás y permite no solo ver la forma de una determinada pieza o estructura, sino también su funcionamiento.
Uno de los objetos que formará parte de esta galería dedicada a los yacimientos palentinos y al turolense de El Cerrito es un colgante recuperado en la campaña de 2019 en el oppidum del Bernorio. Se trata de una pequeña pieza elaborada en cerámica de arcillas rojas con cocción oxidante. Tiene forma ovalada y plana, apuntada en su parte superior, con tres orificios y adornada en su perímetro con decoración incisa.
«En el colgante se aprecian claramente las huellas de desgaste que se han producido por un intenso y prolongado rozamiento con los ropajes y el cuerpo de la persona que lo llevó. Este desgaste ha hecho desaparecer parcialmente una parte importante de los elementos decorativos realizados en la superficie de la pieza. También se ha desgastado intensamente la decoración perimetral del borde del colgante», afirma el Imbeac.
Tal y como explica el director de la entidad arqueológica, Jesús Francisco Torres, «eso significa que la persona a la que pertenecía este objeto lo llevó prácticamente toda la vida, porque es cerámica, un material muy duro», y eso, de alguna forma, «es como acercarse a su intimidad», matiza antes de señalar que, probablemente, la propietaria en cuestión perdió el colgante en el asedio al Bernorio.
Así, el modelo renderizado obtenido a partir de una imagen fotogramétrica de la pieza de cerámica, en la que se ha exagerado levemente el tamaño del objeto, permite apreciar mejor sus elementos decorativos. «Para reconstruir este objeto se han tomado 420 fotos», concreta Marcos Galeano.