Muere una joven en un accidente en la gravera familiar

Alberto Abascal
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Al parecer, la víctima fue atrapada por la cinta transportadora a la altura de uno de sus brazos, lo que le provocó la amputación traumática del miembro · La Policía Judicial de la Guardia Civil ha abierto diligencias para esclarecer los hechos

Imagen de archivo de un vehículo de los servicios médicos del Sacyl. - Foto: Luis López Araico

Una mujer identificada como Elena Fraile Calle, de 28 años e hija del empresario Alfredo Fraile, falleció en la tarde de hoy en la gravera de propiedad familiar ubicada en Calzada de los Molinos como consecuencia de un accidente después de que, por causas que aún se investigan, uno de sus brazos resultara mutilado tras quedar atrapado en la cinta transportadora.

Según la información aportada por la Subdelegación del Gobierno, el terrible accidente se conoció sobre las 17,55 horas de ayer en la gravera familiar propiedad de Alfredo Fraile. Por causas que aún se desconocen, la víctima fue atrapada por la cinta transportadora a la altura de uno de sus brazos, lo que le provocó la amputación traumática del miembro. Pese a los intentos de reanimación por parte de las unidades sanitarias que se acercaron hasta el lugar de los hechos, nada pudieron hacer por salvar la vida a la joven debido a las terribles heridas sufridas. Asimismo, la Policía Judicial de la Guardia Civil ha abierto diligencias para esclarecer los hechos.

La noticia corrió como la pólvora no solo por Calzada de los Molinos sino también en Carrión de los Condes, donde tiene fijada la residencia la familia. “Era una chica muy jovial y con mucho espíritu. Ha sido una tragedia. Sabíamos que no hace mucho estaba en Barcelona y llegó a ser zagala de honor de las fiestas de aquí. Su abuelo fundó la empresa de aceros de Carrión de los Condes”, reconocía una vecina de la localidad jacobea a este periódico.

La gravera en cuestión es una empresa de carácter familiar que se dedica a la venta de grava y canto por la comarca. Se trata de una empresa nacida al calor de la construcción de la A-231, más conocida como la autovía del Camino de Santiago.

“En esa zona zona hay grava y canto de enorme calidad, según los expertos”, indicaba a DP la alcaldesa de Calzada de los Molinos, Paula Castrillo, quien recordaba que la zona donde se produjo el accidente “parece que está maldito porque muy cerca de allí, en el paraje conocido como Arroyo Seco, hace 19 años murieron un padre y sus dos hijos al precipitarse a una balsa” durante una jornada de pesca.