Fallece a los 89 años Antonio Hermoso

Carlos H. Sanz
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La provincia se queda huérfana de uno de sus mejores abogados, deportista de élite y director y actor teatral. Pero, sobre todo, de una persona buena, ecuánime y generosa que se ganó el respeto de quien lo conoció

Fallece el abogado palentino Antonio Hermoso - Foto: Oscar Navarro

El abogado palentino Antonio Hermoso Junco falleció el viernes a la edad de 89 años en la capital, la ciudad que lo vio nacer en abril de 1932. Hijo de un joyero y una maestra, inició sus estudios en La Salle, para completar su formación en Madrid, en la Universidad Central. Dudó si elegir alguna rama de Filosofía y Letras pero al final se decantó por el Derecho.

Aunque no había ninguna tradición en su familia, siempre le llamó la atención la abogacía. Sacó la carrera en cinco años y se colegió el 16 de enero de 1958, con 26 años. Sus primeros pasos los dio en los Servicios Jurídicos Sindicales, ocupación que abandonó en 1970 para centrar su carrera en su bufete.

Hermoso Junco se labró su prestigio como abogado defensor y especialista en derecho penal caso a caso, ya que siempre entendió el ejercicio de la profesión a través de la preparación de forma rigurosa y exhaustiva de cada juicio. Fue un abogado de éxito que aceptó casi todos los casos que le llegaban, incluidos más de veinte de asesinato, parricidio y homicidio, «porque todo tiene su defensa y hay que meterse en la piel del otro, tratar de llegar a su verdad y entenderle».

Ejerció en el turno de oficio hasta el año 1993 y, posteriormente, desde el año 2001 hasta el año 2012. El 8 de febrero de 2017, con 59 años de profesión a sus espaldas, dejó de ejercer. Tenía 85 años y en su expediente no constaba ninguna tacha ni sanción.

Apreciado por sus compañeros -que le homenajearon al término de su carrera-, Antonio Hermoso fue bibliotecario de la Junta de Gobierno del Colegio de Abogados desde 1973 hasta 1977 y, posteriormente, decano desde 1983 a 1987. Llegó a ser miembro de la Academia de Legislación y Jurisprudencia, con sede en Valladolid, y en diciembre de 2006, el Consejo Regional de la Abogacía le concedió la cruz al servicio de la abogacía.

Su prestigio y su fama como hombre de paz hizo que el Partido Popular le propusiese ser delegado territorial en Palencia de la Junta de Castilla y León. No era su primera incursión en la política, ya que en la década de 1970 fue concejal del Ayuntamiento capitalino por el tercio de corporaciones y diputado provincial durante seis años, los tres últimos en la Vicepresidencia de la institución, gobernada entonces por Guillermo Herrero Martínez de Azcoitia.

El 15 de febrero de 1993 tomó cargo como el máximo representante de la Junta de Castilla y León en la provincia y ejerció hasta el 31 de abril de 1996. No fue demasiado tiempo pero sí le tocó lidiar con el espinoso traspaso de salud mental, entonces bajo responsabilidad de la Diputación, al Insalud. Su capacidad para el diálogo fue esencial para alcanzar un acuerdo definitivo.

«Me gustó. Lo pasé muy bien, luché sin mucho brillo, hice buenos amigos y logré cosas, aunque luego no te lo agradecen porque así es la política», recordaba a Diario Palentino hace cuatro años. «Para mí fue una verdadera satisfacción que los representantes sindicales de los trabajadores de la Junta me pidieran que no me fuera», añadía.

Además de un excelente profesional del Derecho, Antonio Hermoso fue también un hombre familiar, amigo del diálogo -durante años fue tertuliano de La 8 Palencia-, caballero de educación exquisita. Sus últimos años los disfrutó junto a su mujer, Carmen, sus seis  hijos -Carmen, Marisol, Antonio, José Luis, Cheluca y Enrique- y sus nietos, leyendo novelas policiacas, libros de historia y la prensa, paseando y haciendo algún que otro crucigrama.

En su última entrevista a Diario Palentino, reconocía que le gustaría ser recordado «como un abogado que ha trabajado mucho». El reflejo que Antonio Hermoso Junco dejará en toda la sociedad palentina será, además, el de una buena persona.

La vigilia por su fallecimiento es hoy, a las 10,45 horas, en la iglesia de San Lázaro.

 

Deportista de élite y amante del teatro

Fue durante su etapa universitaria cuando Antonio Hermoso se enganchó a las otras dos pasiones que disfrutó a lo largo de su vida: el deporte -y en concreto el balonmano- y el teatro. Aunque también hizo sus pinitos en el fútbol, fue en el balonmano donde destacó sobremanera siendo el primer jugador palentino en alcanzar la máxima categoría del balonmano español. Desde su posición, la de portero, llegó a jugar cinco temporadas en la máxima categoría vistiendo tres camisetas, la del Atlético de Madrid, la del San Fernando y la del Cempsa. Además, le convocaron tres veces con la selección española. 

A los 23 tuvo que elegir: deporte de élite o derecho. Eligió lo segundo, pero eso no significó que diese la espalda al deporte. Nada más asentarse en Palencia creó el equipo de balonmano de Educación y Descanso, que jugó en primera división.

Y fue en Madrid donde Antonio Hermoso hizo sus primeros pinitos en teatro, suficiente para que le calase hasta las venas y, en cuanto llegó a la capital palentina, fundar el Grupo Palencia, que dirigió y con el que también actuó. Más de 15 años permaneció sobre los escenarios, llevando a escena una veintena de obras. De hecho, el Grupo Palencia de Teatro llegó a participar dos veces en Festivales de España. 

Otra faceta en la que Antonio Hermoso destacó fue en la dedicación hacia los más necesitados. Durante muchos años fue el presidente de la Fundación San Cebrián.