De la Cordillera de los Andes a la Montaña Palentina

Andrea Benito
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Óscar Alonso y Mariam González regentan desde hace cinco años la granja de alpacas El Abrigaño, una explotación ubicada en la pequeña localidad de Revilla de Pomar. La lana de estos animales es una de las más codiciadas del mundo

De la Cordillera de los Andes a la Montaña Palentina

Aurora, Estarla, Cid, Dick, Nutella, Brownie, Bolt, Urano, Benjamina... Y así hasta cuarenta. En esta granja todos los animales tienen su propio nombre. Para un extraño puede resultar curioso, pero Óscar Alonso y Mariam González no tienen ninguna dificultad para identificar a cada uno de los ejemplares que forman parte de la explotación El Abrigaño.
Probablemente, y si no fuera por las imágenes que acompañan este artículo, cualquier lector estaría pensando ahora en una vaquería. O quizá en un rebaño de ovejas. Quién sabe si en caballos. Pero no. La finca con vistas a Monte Bernorio y la Montaña Palentina que Óscar y Mariam tienen en Revilla de Pomar no está ocupada por ninguna de estas especies, sino por alpacas, un mamífero perteneciente a la familia Camelidae, evolutivamente emparentado con la vicuña, pero también estrechamente relacionado con los camellos, las llamas y los guanacos. Un animal que, pese a ser originario del Altiplano de los Andes, en Perú, Bolivia, Chile, Ecuador y Argentina, ha encontrado en el norte de nuestra provincia un magnífico lugar en el que vivir. 

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