Puerto pide que la Comunidad abandone el «ensimismamiento»

SPC
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El escritor salmantino, premio de las Letras, defendió durante su discurso la lengua, la poesía y el trabajo etnográfico, y reclamó que se vislumbre «entre todos un horizonte de porvenir» para Castilla y León

José Luis Puerto, premio Castilla y León de las Letras, ayer en el acto - Foto: Ical

El escritor, etnógrafo y pedagogo salmantino José Luis Puerto, Premio Castilla y León de las Letras 2018, recalcó ayer en la ceremonia de entrega de los galardones la necesidad de «abandonar el ensimismamiento y postración» en que «parece languidecer» la Comunidad y pidió «trazar de nuevo itinerarios de esa universalidad que ha caracterizado a esta tierra».

«Cada uno de nosotros, desde nuestra responsabilidad y desde nuestra labor, hemos de contribuir para que aquí haya vida, presente y futuro para todos: trabajadores de todos los tipos, desde los más humildes hasta los especializados, investigadores, docentes, sanitarios, campesinos, profesionales cualificados, emprendedores…», reivindicó para «que la historia de Castilla y de León no sea solo cosa del pasado, sino que vislumbremos entre todos un horizonte de porvenir».

En su intervención, el salmantino afincado en León destacó que Castilla y León «es una de las comunidades españolas y europeas con una mayor proyección histórica y ha sido una comunidad que ha tenido una amplísima vocación de universalidad». A su juicio, es la lengua castellana la mejor herramienta para garantizar esa expansión universal, ya que «nuestro idioma es nuestra verdadera patria».

En ese sentido, reclamó «que siga encendida la llama de nuestra lengua (recreada y revitalizada por gentes de otros continentes y culturas) desde su centro irradiador, como el patrimonio más universal y más hermoso que nuestra tierra ha dado al mundo».

Durante su alocución, recogida por Ical, también prestó especial atención a otra de las vertientes en las que se ha especializado en su trayectoria: la etnografía. Puerto reivindicó la labor de «esos campesinos castellanos y leoneses que viven en la intrahistoria unamuniana, quienes, a través de sus ritos, creencias, celebraciones, labores, cantos y cuentos, romances y leyendas, refranes y oraciones… y otros tipos de tradiciones orales, expresan su imaginario, su modo antiguo y sabio de estar en el mundo».

Desde los años 80, Puerto trabaja para recoger, transcribir, catalogar, estudiar y editar el patrimonio etnográfico de las provincias de León y de Salamanca, y sugirió que «sería bueno que, con el concurso y apoyo de las instituciones públicas, se prepararan equipos de jóvenes, para que recogieran y estudiaran este importante patrimonio etnográfico, en peligro de desaparecer».

Despoblación de la lengua.

Por su parte, el periodista y lingüista burgalés Álex Grijelmo, premio Castilla y León de Ciencias Sociales y Humanidades 2018, lamentó en la ceremonia de entrega de los galardones que «se marchitan los pueblos y con ellos, multitud de términos que fueron aventados en nuestros campos». «Las aldeas de Castilla y de León se despueblan de sus vecinos, y también se quedan vacías de sus palabras. No perdamos la cultura primigenia que anida en el castellano de nuestras tierras. No permitamos también la despoblación de las palabras», exhortó.

«Se irá la gente sin remedio, pero al menos podremos intentar que no se pierda su castellano hermoso; para que perviva en los libros y en nuestra memoria. Palabras dormidas que estarán esperando a que un día alguien las despierte al abrir unas páginas o al relatar un recuerdo», reclamó en su intervención.

Grijelmo abrió en la Sala de Cámara del Centro Cultural Miguel Delibes la ronda de intervenciones de los premiados, que en esta ocasión estuvieron representados en la ceremonia de entrega por dos interlocutores, él mismo y el escritor salmantino José Luis Puerto, Premio Castilla y León de las Letras 2018.

En su discurso, titulado ‘Las palabras de esta tierra’, Grijelmo aseguró que «el mayor invento del ser humano son las palabras», puesto que «sin ellas no habría existido ninguno de los demás». «Desde las articulaciones guturales de nuestros antepasados burgaleses de Atapuerca hasta las obras maestras del ingenio como ‘El Quijote’ o ‘Cien años de soledad’, la palabra posibilita la argumentación y marca el camino de todo conocimiento», defendió.

«No perdamos ni el sonido, ni el rastro, ni la belleza de nuestras palabras; ni su poder evocador», remachó ante la ovación del público asistente, informa Ical.