Comienzan a llegar las figuras del G-10

Carlos Martín Santoyo
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La segunda corrida de toros del ciclo comienza a traer figuras a Palencia.
Enrique Ponce es un ejemplo dentro del toreo que no necesita ni presentación ni que le piropeemos. Desde que su abuelo Leandro le metiera el gusanillo se ha convertido en  torero de época con dos décadas largas de alternativa plagadas de éxitos.
César Jiménez, pese a su juventud, es ya un veterano del escalafón que sabe lo que es salir a hombros de Madrid y remontar situaciones difíciles, como la actual ya sin apoderado tras su ruptura con Carlos Rodríguez Serolo. De sus inicios novilleriles aún se le recuerda su triunfal paso por Palencia, donde también ha destacado como matador.
Y cerrando terna un torerazo que atraviesa un momento extraordinario pese a que los fallos a espadas le han impedido triunfar con mayor rotundidad este año. Miguel Ángel Perera está que se sale pese a las zancadillas que ha sufrido en los despachos por abanderar junto a El Juli o el propio Jiménez las reivindicaciones del denominado G-10 al tener apoderados independientes. Pese a ello, cuando ha tenido ocasión ha demostrado su capacidad y categoría. Desde Madrid a Beziers pasando por Bilbao.
Un figurón, el extremeño, al que en esta tierra se le quiere por protagonizar con Pitito, de Valdefresno, el único indulto que ha vivido Campos Góticos.