Historias de norte a sur

A. Rodríguez
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Carmen Molinos, periodista que, actualmente, trabaja en la Fundación Santa María la Real, comparte sus diez lugares favoritos de la provincia

El roblón de Foldada, pedanía de Aguilar donde vive junto a su familia, es uno de los diez lugares en los que la periodista Carmen Molinos se «carga de energía». - Foto: Diario Palentino

Carmen Molinos estudió Periodismo en Salamanca y pasó por diferentes medios de comunicación en Valladolid, Soria y Cuenca. En 2004 empezó a trabajar en Radio Aguilar, donde conoció a su actual marido, y el periódico Carrión. Actualmente trabaja en la Fundación Santa María la Real. La naturaleza, las rutas y sus dos hijos -Damián, de nueve años, y Martina, de siete- son a quien más tiempo dedica y de lo que más disfruta en su día a día. Asimismo, siempre que puede conoce las historias de cualquier rincón de la provincia.

 

1.Foldada. «Es el lugar que me acogió, aquí he establecido mi vida y mi familia. Cuando compramos la casa muchos pensaron que estábamos locos, ¡a quién se le ocurre vivir en un pueblo tan pequeño! A mí, y no me arrepiento. Me considero una privilegiada, ya que tengo los mejores vecinos del mundo. Además, puedo escuchar la berrea desde el patio, mientras tomo una cerveza. Disfrutar del silencio y la quietud del monte, de las vistas desde el mirador de Valdelavara o desde el campanario de la iglesia.  Y, cómo no, cargarme de energía abrazando nuestro roblón».


2.Monasterio de Santa María la Real (Aguilar de Campoo). «Es un poco mi segunda casa. Son 15 años ya trabajando en la Fundación que lleva su nombre y, gracias a mis compañeros, he aprendido a mirarlo con otros ojos, a escuchar las muchas historias que aún susurran sus piedras. ¡Me enorgullece formar parte de esta aventura! El monasterio es, además, la mejor puerta de entrada a todo un territorio románico. Recorrerlo con César, Cristina o Patricia, el equipo del Rom, es la mejor forma de conocerlo».


3.Museo de Piedad Isla (Cervera de Pisuerga). «Conocí a Piedad mucho antes de establecerme en la Montaña Palentina, durante una excursión del instituto. Yo ya tenía claro entonces que quería ser periodista, y pensé que aquella singular mujer bien merecía una entrevista. ¿Quién me iba a decir a mí que no solo regresaría, sino que viviría aquí? Y, sí, puede entrevistarla en varias ocasiones. Recuerdo que en la última, ella me decía que estaba convencida de que cuando morimos nos integramos en la naturaleza. A los pocos meses falleció y me gusta pensar que tenía razón, que forma parte ya del sol, de las nubes, de la montaña».


4.Covalagua. «Cuando tienes niños pequeños y perro, buscas paseos sencillos y entretenidos, en los que puedas hacer varias cosas sin alejarte mucho de casa. Adentrarte en la Cueva de los Franceses es siempre una aventura para los niños y un disfrute para los sentidos. Volar con la imaginación desde el mirador de Valcabado, acercarte hasta el pozo de los Lobos o el menhir de Canto Hito y, cómo no, si no te amilana el frío, darte un buen chapuzón en las gélidas y cristalinas pozas de Covalagua».


5.Ermita rupestre de Olleros de Pisuerga. «Me encantan las viejas piedras, no puedo evitarlo y siempre me han atraído las de la ermita de Olleros de Pisuerga, pues creo que tienen algo especial. Quizá, porque fue la primera iglesia excavada en la roca que visité, porque pude seguir su proceso de restauración o, quizá solo quizá, por esa rica paella ollerense que he degustado varias veces a su abrigo».


6.Museo de Herminio Revilla. «Admiro el trabajo, el tesón y la constancia de Herminio y su mujer Carmen para mantener su casa-museo-taller de Villabellaco, un lugar al que regreso menos de lo que debería y que merece la pena visitar con niños, porque las maquetas móviles de Herminio son geniales para entender viejos oficios. Su museo enlaza, además, con la senda de otro gran artista, también natural de Villabellaco, Ursicino Matínez, Ursi, un auténtico genio».


7.Puentes de Villanueva del Río y Salinas de Pisuerga. «El puente de Villanueva sobrevive a duras penas y verlo, sobre todo la primera vez, es impactante, no solo por su arquitectura, sino también porque te recuerda la historia de los vecinos de Villanueva, Cenera de Zalima, Quintanilla de la Berzosa y Frontada. ¡Qué duro debió ser abandonar sus hogares y dejar atrás sus vidas para empezar de cero!».


8.Villa Romana La Olmeda. «Otro lugar para perderse solo o en familia, los mosaicos de la villa de Pedrosa de la Vega son únicos y la historia de su descubrimiento es como un cuento. Solemos completar el recorrido con la visita al Museo de Saldaña. Además, un paseo por las calles de la localidad, siempre merece la pena. Aquí puede probar las que, para mí, son las mejores ciegas del mundo, las de la pastelería La Villa».


9.Estatua La niña de la comba. «En la capital son tantos los lugares, que me quedo con los pequeños detalles que enlazan con todo lo anterior. La estatua de la niña saltando a la comba en la calle Mayor que me conecta con Ursi y me lleva al corazón de la ciudad».


10.Baltanás. «Iniciaba recorrido en Foldada y lo termino en el Cerrato, porque me lleva al Valle del Esgueva o la Esgueva. Baltanás, Antigüedad, Cevico, Castrillo de Don Juan son lugares de paso obligados, pero también de buenos recuerdos, de infancia, de paseos, de fiestas y de reencuentro con la familia. Ahora tengo dos casas: una en la Montaña y otra cerca del Cerrato. Aunque habrá personas que lo discutan, los atardeceres en ambas son espectaculares».