Para ser lucidas

E.M.
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ARANZAZU REBOLLO CRUZ. Directora Escuela de Arte Mariano Timón

Para ser lucidas - Foto: Óscar Navarro

Un creador ve arte en sitios, materiales o espacios que para otros pasan desapercibidos. «A veces uno se inspira en una temática concreta, pero también durante un paseo, mirando el mar o en los propios sentimientos», apunta la directora de la Escuela de Arte Mariano Timón, Aranzazu Rebollo.

Entre los muchos proyectos en los que está inmerso el centro, en estos momentos destaca la puesta en macha de la sexta edición de la exposición Somos Joyería, que puede visitarse en la biblioteca pública durante todo el mes.

En la muestra se presentan cerca de un centenar de piezas elaboradas por los alumnos de los Ciclos de Grado Medio, Grado Superior de Joyería Artística y Amueblamiento y Grado de Conservación y Restauración de Bienes Culturales en la especialidad de Textiles, así como de otras once escuelas del territorio nacional. «Está basada en el plan de mejora Igualarte Mujeres Creadoras, en el que los alumnos de la escuela trabajan con los del Conservatorio de Música para dar visibilidad conjunta a las artes», destaca Rebollo. De ahí que, en las vitrinas, puedan verse piezas inspiradas y creadas por mujeres.

«Muchos son trabajos elaborados en las aulas y otros que los alumnos han hecho para la ocasión, teniendo en cuenta que sus creaciones suelen ser para un público especial y determinado», dice la responsable del centro educativo. «Este tipo de piezas son muy de pasarela y no a todo el mundo le gustan, pero nadie puede negar que son muy bonitas y están elaboradas con gusto», añade Aranzazu Rebollo.

Y es que los trabajos que elaboran distan mucho de la joyería clásica tradicional, estando destinadas para un público determinado y muy especial. De hecho, los elementos que se emplean para su elaboración son variados, utilizando pasta de papel, tela, madera o esmalte, entre otros materiales muy diferentes. Al frente de su primer curso como directora de la Mariano Timón, reconoce que «el de Joyería es un ciclo muy interesante, pues los alumnos pueden buscar su camino por cuenta propia y hay muchas opciones incluso para salir al extranjero».

Así, Rebollo cuenta que muchos de los que han pasado por la aulas de la escuela están en ciudades como Madrid o Barcelona, mientras que otros han optado por abrir sus propios negocios en Palencia o Valladolid, entre otros lugares, al tiempo que muchos están repartidos por firmas nacionales e internacionales.

Rebollo espera que la muestra que ahora puede verse en la biblioteca tenga el éxito y el reconocimiento que se merece, «pues han sido muchas las personas implicadas en su desarrollo y puesta en marcha, por lo que recoger los frutos de tanto trabajo siempre es más que gratificante».