La falta de precipitaciones y las altas temperaturas registradas durante los meses de verano son dos viejos enemigos contra los que tienen que hacer frente los cinco embalses de la provincia (dos en el sistema del Carrión y tres en el del Pisuerga) cada año hidrológico (entre el 1 de septiembre y el 31 de agosto del ejercicio siguiente). Unos pantanos que muestran una imagen bastante preocupante, pues entre todos apenas suman 144 hectómetros cúbicos de agua, de los 487 totales que pueden albergar las presas de Compuerto, Camporredondo de Alba, Aguilar de Campoo, Cervera de Pisuerga y Requejada. Traducido a términos porcentuales, estos 114 hectómetros cúbicos suponen el 23,4 por ciento de todo el agua que pueden albergar dichas infraestructuras. Una cifra muy por debajo de la que se registraba hace junto un año, cuando los pantanos palentinos estaban al 54,6 por ciento de su capacidad. Dicho de otra forma, en comparación a los resultados que arrojaba 2018, hay menos de la mitad de agua embalsada en la provincia ahora que entonces.
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