Aguas teñidas de negro por carbón en Velilla

Rubén Abad
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La CHD moviliza un equipo para tomar muestras en ambos cauces y determinar el origen del problema, que según las primeras investigaciones estaría en la fuga de agua en una bocamina

Aguas teñidas de negro por carbón en Velilla

La presencia de carbón en las aguas del arroyo Majadillas y en las del río Besandino (Grande), a la altura de Velilla del Río Carrión, tiene preocupados a los vecinos del municipio desde hace un par de meses y también muy pendientes de la evolución a las autoridades.


El origen de este problema medioambiental está, según las primeras pesquisas de la Confederación Hidrográfica del Duero (CHD), en la fuga de agua de una bocamina que habría arrastrado después el material depositado en una escombrera abandonada situada en la cuenca del arroyo. Y es que, tal y como explica la CHD, el agua se ha desviado de su flujo habitual y ha establecido otro preferencial a través de dichos materiales.


Se confirma así una de las hipótesis que manejaban los vecinos, que barajaban también como posibilidad el desbordamiento de una balsa o lavadero o corrimientos y desprendimientos parciales.


Según narran los habitantes de la zona, el agua teñida de negro se remonta a dos meses atrás, a raíz de las últimas tormentas. Desde entonces, el cauce está cada vez más ennegrecido, afectando al lecho, las piedras, las márgenes y la vegetación.


El arroyo Majadillas es afluente del Besandino, que a su vez lo es del río Carrión, al que, aparentemente, aún no han llegado las partículas de carbón. No obstante, los velillenses temen que pueda suceder «más pronto que tarde», en cuanto se produzcan nuevos episodios de tormentas o haya una gran avenida de aguas.


Según ha podido saber este periódico, el organismo de cuenca envió ayer a un equipo para inspeccionar sobre el terreno y tomar muestras de agua en la explotación minera y la zona afectada para determinar el alcance del problema. En estos mismos análisis se determinará si hay presencia o no de metales pesados, aunque el resultado no se conocerá hasta pasados unos días.


Si solo hay presencia de carbón, según comentan los expertos consultados por este periódico, el problema no sería mayor, pues el mineral está compuesto principalmente de carbono, que no es nocivo para la salud. De hecho, el carbono es el segundo elemento más abundante en el cuerpo humano, concretamente  supone el 18 por ciento de la composición del organismo.


«El problema son las pequeñas partículas en suspensión que podrían afectar a la fauna acuática en las branquias y dificultar la respiración de los peces y otros animales ribereños», según advierten las mismas fuentes. El principal problema sería la presencia de metales que podrían ir aparejados al carbón, que sí supondría un problema «más serio».


PROPUESTA DE SANCIÓN

Depurar responsabilidades sobre la presencia de carbón en el arroyo Majadillas y el río Besandino no será una tarea fácil. Y es que de confirmarse la hipótesis del origen del problema en la escombrera, primero hay que determinar la propiedad de la explotación.


En cualquier caso, según ha podido saber este rotativo, no se ha presentado aún denuncia alguna en el Servicio Territorial de Medio Ambiente, donde se remitirán casos como mortandad de peces u otros problemas derivados en la fauna ribereña. Sí hay una propuesta de sanción  contra el titular de la explotación minera por parte del área de Calidad de las Aguas de la Comisaría de Aguas y se ha denunciado el vertido por parte de la guardería fluvial.