El hombre de la época: un torero castellano

Ignacio Crespo García
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Carlos Cuesta presenta su segunda novela 'Los Ojos de Mitra', una obra de ficción que mezcla el mundo de la tauromaquia y la fotografía. Diseñada para todo tipo de lectores

El hombre de la época: un torero castellano - Foto: Sara Muniosguren

Desde un encuentro cercano con el mundo taurino, hasta un recorrido por los mitos de los más antiguos relatos heroicos, Los Ojos de Mitra es una novela caracterizada por tratar muchas realidades literarias y estar diseñada para todos los públicos lectores, con independencia de sus aficiones. Así lo afirma Carlos Cuesta, el autor de la que es su segunda obra literaria. 

El escritor vallisoletano presenta su novela de la mano de la editorial Talón de Aquiles. Un relato en el que uno de los personajes principales, un exfutbolista de élite reconvertido en fotógrafo debido a una grave lesión, Ismael Sánchez,  se obsesiona con un torero, Gabriel Vega, para convertirle en el hombre más grande de su época. Una combinación de la vocación de ambos, desde el éxito de uno y la mala suerte del otro,  el mito del torero y  el que ve la vida a través de una cámara de fotografía. 

«Empezar el libro mientras vivía en Castilla y León y acabarlo cuando me fui a vivir a Francia me ha aportado la perspectiva que necesitaba para alcanzar la objetividad sobre lo escrito», afirma el escritor, periodista y profesor. Además, asegura que ha buscado lograr la perfección desde el punto de vista literario. «He preferido tardar nueve años en escribir la novela y no precipitarme nada. Cuando publiqué la primera, el proceso fue mucho más rápido, pero esta ha sido distinto. Hasta que no leía todo el texto y todo me sonase perfecto no seguía escribiendo».

 De hecho, la idea principal y el desarrollo ha sido siempre la misma, pero los detalles han cambiado infinidad de veces. «Cuando escribes un libro, tienes días buenos y otros no tanto. Hay momentos que sientes unas cosas u otras, y durante tanto tiempo es difícil gestionar las emociones para conseguir un resultado uniforme y ser fiel con los personajes», asegura. 

Cuesta considera el libro como un ejemplar de novela de ficción, pese a que, quizás las primeras impresiones puedan llevar a considerarlo una obra de género taurino. El propio autor asegura que, tanto los afines al mundo de la lidia, como aquellos que no han estado en una plaza de toros, son candidatos por igual a engancharse a la trama. De hecho,  el creador de la novela no es especialmente aficionado a la tauromaquia, pese a haber tenido bastante contacto con este tipo de  espectáculo. 

 «El trabajo de documentación ha sido complicado y laborioso.  He tenido mucha gente que, con mucha paciencia, me ha enseñado lo que necesitaba saber sobre la lidia y sus claves. Solo el lenguaje, que parece un idioma distinto, me ha costado trabajo saber usarlo», asegura el escritor.  

La primera tirada del libro consta de 150 unidades impresas y listas para ser vendidas, de las que, como el mismo escritor asegura , no quedan más de cinco. En cualquier caso, la editorial ya está trabajando para, en septiembre, establecer un modelo de compra más convencional, tanto en las librerías como usando el  servicio de las distribuidoras  de internet. Los primeros capítulos del libro están disponibles de manera gratuita en una versión digital en la página web www.carloscuestanarrativa.com, para que el usuario pueda decidir si lo compra o no. 

El autor aprovecha para hacer una pequeña reflexión en forma de reivindicación a favor del trabajode los fotógrafos. Considera esta profesión como una de la más infravaloradas por parte del público. «Pese a haber estudiado periodismo, da rabia que muchas veces sea la fotografía la que manda en una página de una noticia, y la firma más grande sea la del redactor, en vez de la del fotógrafo».  Además, mantiene haber jugado con el título para defender los intereses de estos profesionales.  

Personajes.

Ismael Sánchez, un exfutbolista reconvertido en fotógrafo, tiene un casual encuentro con un torero, Gabriel Vega, del que se obsesiona y al que mitifica hasta tal punto que lo pretende convertir en el hombre de la época.

Ambos personajes, en palabras del periodista, tienen partes del propio autor, así como de gente que él ha ido conociendo a lo largo del proceso de creación. Del torero, por ejemplo, el autor dice que «es una creación original. Tiene una personalidad única que lo convierte en Gabriel Vega.Sin embargo, me fijé en los toreros más grandes y mediáticos de cuando se me ocurrió el personaje, que, por supuesto, era José Tomás». 

Además, Cuesta se impresionó por primera vez en una plaza de toros con  Iván Fandiño, del que asegura que utilizó rasgos para construir a su protagonista. 

«En ocasiones uno no se da cuenta y se incluye a sí mismo en la trama, a través de los personajes y sus vivencias. He intentado ser lo más fiel con cada uno de los protagonistas», asegura el escritor.