Los editores de la región reclaman un Observatorio del Libro

SPC
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El sector ve un "horizonte de esperanza" tras aumentar las ventas un 1,3% en la Comunidad

Presentación de los datos del sector editorial en Castilla y León. - Foto: Wellington Dos Santos Pereira (Ical)

La Asociación de Editores de Castilla y León, que integra a 16 empresas, reclamó hoy a la Junta la puesta en marcha de un Observatorio del Libro para analizar la situación del sector y buscar soluciones además de un plan más ambicioso para el fomento de la lectura, en el marco de una promoción de la cultura en general. Unas demandas que aprovecharon a lanzar ante los actuales procesos electorales y que permitirían afianzar el “horizonte de esperanza” que se abre para las editoriales y las librerías, sin olvidar las imprentas, después de que la venta de libros en la región aumentara un 1,3 por ciento en 2017. Un incremento que supone el mayor registrado en el conjunto de España, por encima incluso de Madrid y Cataluña, pero que “no es suficiente para crear tendencia”.

El presidente autonómico del Gremio de Editores, Ricardo de Luis, agradeció la “actitud de comprensión” y la “simpatía” de las administraciones públicas con el sector del libro, aunque eso, luego, no se traduce en un aumento de los recursos económicos. Valoró el Plan de Libro de la Junta para incrementar la lectura entre los castellanos y leoneses pero abogó por “llevar el libro a la calle, más allá de las ferias” o la puesta en marcha de campañas para la infancia.

De Luis aseguró, según recogió la Agencia Ical, que es necesario analizar la situación del mercado del libro en Castilla y León, más allá de los estudios a nivel nacional. “Hablamos de estudios costosos que nosotros no podemos realizar ante la falta de capacidad económica”, expuso. En esa línea, el editor de Difácil, César Sanz, consideró que hay que saber “qué se lee, quién lee y por qué se lee”, clave para, posteriormente, afrontar los problemas del sector. “Nos enfrentamos a otras formas de ocio como el teléfono móvil y las tabletas, por lo que hay que represtigiar el libro”, opinó.

En todo caso, Sanz apuntó que la colaboración con la Junta, a través de la Fundación Siglo par el Turismo y las Artes, permite llevar a cabo actividades como la internacionalización que, por ejemplo, consisten en jornadas de trabajo entre editores de Castilla y León y empresas de comercialización de libros en países de América del Sur. “Este apoyo económico es insuficiente, pese a que percibimos buena sintonía con los responsables de la Consejería de Cultura”, precisó.

Con motivo de la celebración del Día del Libro, el 23 de abril, el gremio de editores recordó que el sector participará en 2019 en las ferias de León, Salamanca, Valladolid, Madrid, Buenos Aires (Argentina), Liber (Madrid) y Guadalajar (México).

Según los datos del último Estudio de Comercio Interior del Libro en 2017, la edición de títulos ha aumentado a nivel nacional, pero sobre todo en Castilla y León, con un 7,5 por ciento, aunque la tirada media descendió un 8 por ciento. Ricardo de Luis declaró que se editan el mismo número de títulos que antes pero las tiradas son inferiores. La explicación hay que buscarla en que los modernos sistemas de impresión permitan ajustar las tiradas, en función de las demandas reales del mercado.

Pese a estos datos, el presidente de la asociación reconoció que la situación del libro en España y Europa atraviesa momentos de dificultades desde hace unos años. “Últimamente, ha habido una leve recuperación que abre un cierto horizonte de esperanza, aunque las ventas bajas durarán varios años más”, significó.

Piratería

Tal vez a ello ayude la lucha contra la piratería con leyes más duras. Pese a que la piratería acumula una caída del 12 por ciento desde 2015, es una práctica que hace una “enorme daño” al sector. Sanz reconoció que la piratería afecta menos a las editoriales de la Comunidad, que son pequeñas. “Ahora, se hacen leyes para perseguir a los que ponen los enlace”, explicó.

También puede estar relacionado con la escasa aceptación del libro electrónico. “No ha despuntado”, apuntó el presidente del gremio de editores. Una afirmación con la que coincidió el propietario de la Editorial Maxtor, Maximiano San José, al recordar que cuando aparecieron estos dispositivos se pensó que todo iba a ser digital, con las descargas en red, en parte por el interés de los fabricantes de los ‘eReaders’. “Al final, no sedujo tanto como parecía. No ha sido tan atractivo y la mayoría sigue optando por el soporte papel”, consideró.

Como propietario de una librería, alertó de que el problema de las ventas no están en las ferias sino en que la gente ya no entra en las tiendas. “Es un mal de todos los libreros de España porque se ha perdido el hábito de visitarlas, aunque solo sea por un tema de ocio. Ya no el goteo diario de antes”, confesó.