La amiga menos estupenda

Juana Samanes
-

Joseph L. Mankiewicz, basándose en un relato de Klempner, dirigió 'Carta a tres esposas', una de las historias sobre el alma femenina más ingeniosas y creativas que se han hecho en el cine

La amiga menos estupenda

Al igual que el genial Billy Wilder, Joseph L. Mankiewicz entra dentro de la categoría de los directores que también escribían sus historias.

Hijo de un emigrante alemán muy ambicioso, Frank Mankiewicz, a Joseph le hubiera gustado ser psiquiatra, pero al no tener la nota adecuada tuvo que conformarse con obtener un diploma en la Universidad de Columbia. No obstante, ese interés por la mente humana la trasladó a los personajes de sus películas, la mayoría de los cuales están descritos de manera meticulosa.

A Mankiewicz se le recuerda fundamentalmente por dramas inolvidables como Eva al desnudo o La condesa descalza, pero en su filmografía figuran otras tan deliciosas como El fantasma y la señora Muir o la desmesurada Cleopatra

Carta a tres esposas es una auténtica obra maestra porque el guion, de impecable construcción, lo convierten en uno de los mejores dramas de la Historia del cine. La Academia también lo consideró así y, en 1949, ganó dos Oscar: el de Mejor Guion y el de Mejor Director. 

En su desarrollo encierra uno de los mejores retratos del alma femenina y, también, del matrimonio. Su trama tiene como escenario una ciudad de provincias, donde tres mujeres casadas reciben una carta de una amiga, Addie Ross, en la que les comunica que se ha fugado con uno de sus maridos. Las tres, que se encuentran pasando un día de excusión con sus hijos, empiezan a preguntarse cuál de ellas será la abandonada, al mismo tiempo que recuerdan la presencia constante de Addie en sus vidas. 

 

Malvada 

Interesado por desenmascarar a una sociedad preocupada por las apariencias, Mankiewicz en su drama también analiza la ambición por escalar socialmente, el miedo a no estar a la altura del resto del grupo social e, incluso, también pone énfasis en la excesiva importancia que se concede al refinamiento y el buen gusto frente a lo que es lo realmente importante en la vida: lo que cada persona lleva dentro y puede aportar a los demás. Así, Addie Ross, la narradora de la trama, aparentemente es la más bella, la más elegante, pero también queda claro: la más malvada. 

Como es usual en la filmografía de Mankiewicz, uno de los apartados más destacables de Carta a tres esposas es su habilidad en la dirección de actrices. Están estupendas en sus cometidos, Jeanne Crain como la joven pueblerina ingenua; Anne Sothern es una inteligente escritora y Linda Darnell, encarna a una bella y astuta mujer de clase humilde. Y, por supuesto, nada que objetar a la omnipresente Addie Ross.