Una pregunta parlamentaria en el Congreso de los Diputados formulada por Jon Iñarritu García, del Partido Nacionalista Vasco (PNV), ha destapado lo que hasta ahora era casi un secreto de Estado, las provincias de origen de los presos que cumplen su condena en los centros penitenciarios repartidos por el conjunto del país.   Bien es cierto que el diputado por Guipúzcoa solicitaba este dato para conocer la situación de los condenados de origen vasco, pero el informe ha desvelado también el destino de presos de otras dieciséis comunidades.

Centrando el foco en la provincia, cuarenta presos oriundos de la capital y de las localidades del medio rural están encerrados en penitenciarías distintas a La Moraleja de Dueñas. De este total, más de la mitad, 21 para ser más exactos, se encuentran dentro de los límites regionales. 

La salmantina de Topas, con un total de cinco; la vallisoletana de Villanubla, donde hay una decena; y la leonesa ubicada en Mansilla de las Mulas, que suma otros cinco, son los destinos en los que encuentran la mayoría de los palentinos que cumplen su condena allende las fronteras de la provincia palentina.

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