Cuando el páncreas se inflama

Europa Press
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El tabaco y el alcohol son importantes factores implicados en la patología pancreática, hasta el punto de que el cese de su consumo puede prevenir la aparición de la misma

El páncreas es una glándula situada en la parte superior del abdomen que se encarga, por una parte, de ayudar a la digestión de los alimentos en el intestino mediante la producción el llamado jugo pancreático y, por otra, de liberar hormonas a la sangre, como por ejemplo la insulina. «El páncreas es una glándula que está implicada en múltiples funciones y que, al inflamarse, puede ocasionar problemas de distinto tipo. En ocasiones la pancreatitis aguda es una patología que se resuelve tras varios días de ingreso y de reposo digestivo, aunque en otras puede requerir incluso estar en unidades de cuidados intensivos y conllevar problemas graves», explica José Carlos Fernández de Cañete Camacho, médico adjunto de Aparato Digestivo del Hospital de Albacete.

Este experto destaca que el tabaco y el alcohol son importantes factores implicados en la patología pancreática y el cese de su consumo puede prevenir la aparición de la misma. En concreto, menciona que hay dos tipos de pancreatitis (inflamación de la glándula pancreática) y que puede producirse de manera brusca o aguda (solo unos días), o bien crónica, cuando tiene lugar una inflamación mantenida en el tiempo.

«Ambos tipos son graves y pueden causar complicaciones. La pancreatitis puede dañar el órgano de manera permanente. Pero hay medicamentos que pueden ayudar a controlar su dolor y ayudarle a llevar una vida normal», reconoce por su parte la Academia Americana de Médicos de Familia.

«La pancreatitis aguda es la causa más frecuente de ingreso hospitalario en los servicios de Aparato Digestivo y puede producirse por varias causas. Más de un tercio de los casos son producidos por litiasis biliares, comúnmente llamadas piedras en la vesícula o vía biliar, y como segunda causa más frecuente se encuentra la ingesta abusiva de alcohol», aclara el digestólogo.

Además, apunta que hay otras causas más inusuales, como la presencia de triglicéridos altos en sangre, la hipercalcemia (trastorno por elevados niveles de calcio), ciertos fármacos, infecciones, problemas de la inmunidad, causas hereditarias, e incluso alteraciones de la anatomía del páncreas.

«Asimismo, el páncreas puede dañarse al realizar procedimientos de cirugía endoscópica en la vía biliar, o tras una cirugía por otros motivos. En algunos pacientes no se llega a conocer la causa de la pancreatitis tras un estudio exhaustivo, siendo este el caso de las llamadas pancreatitis idiopáticas o de origen desconocido», aclara el doctor Fernández de Cañete.

Aguda o crónica

Sobre sus síntomas, el experto del Hospital de Albacete resalta que «el síntoma típico» de la pancreatitis aguda es la aparición brusca de dolor en la parte central superior del abdomen, y que suele extenderse hacia los lados y hacia la espalda, asociando en muchos casos náuseas y vómitos, e incluso fiebre.

En este contexto, el médico adjunto de Aparato Digestivo reconoce que, aunque en muchos casos no se puede prevenir, sí hay factores sobre los que sí se puede actuar, siendo el «más importante» de ellos el consumo de alcohol, que constituye la segunda causa más frecuente de pancreatitis.

«En aquellas personas que tengan triglicéridos muy elevados en sangre, especialmente las que tengan un trastorno genético o familiar, o el calcio alto, un adecuado tratamiento y seguimiento por su médico podrá ayudar a prevenir la aparición de pancreatitis. En el caso de que ya haya ocurrido un episodio de pancreatitis aguda debida a patología biliar, se podrán prevenir en muchos casos futuros episodios con la extirpación quirúrgica de la vesícula biliar.

Ahora bien, el doctor destaca el caso concreto de la pancreatitis crónica, aquella que tiene lugar por una inflamación del páncreas mantenida en el tiempo, que conlleva cambios en la forma del órgano, así como dolor y pérdida de la función de la glándula. «Casi dos terceras partes de los casos son debidos al consumo de alcohol excesivo y diario durante años, aunque también influye de manera importante el consumo de tabaco», advierte el doctor.

También explica que hay enfermedades relacionadas con trastornos de la inmunidad o genéticas, y otras múltiples causas menos frecuentes relacionadas con ello: «En muchos casos no son reversibles y el tratamiento se basa en el control del dolor y en sustituir las funciones que estén alteradas (como la disminución en la producción de insulina que puede conllevar a la aparición de diabetes), siendo necesario a veces la realización de una intervención quirúrgica».