De la ruina absoluta a acariciar las estrellas

Rubén Abad
-

El proyecto de San Pedro Cultural dio sus primeros pasos en 2011 con la solicitud del Consistorio de incluir la reforma en el 1%Cultural del Ministerio de Fomento. Los arquitectos Álvaro Gutiérrez y Juan y Carlos del Olmo lideraron el proyecto

www.sanpedrocultural.es

En Becerril de Campos se alinearon los astros cuando los arquitectos Álvaro Gutiérrez y Juan y Carlos del Olmo propusieron al Ayuntamiento hacer de las ruinas medievales de San Pedro un centro cultural polivalente con la astronomía como hilo conductor.


Una «locura encantadora» del anterior alcalde, Mario Granda, los arquitectos y la Asociación Astronómica de Palencia que se iniciaba en febrero de 2011 con la petición de incluir la restauración en el 1% Cultural y se materializó con la adjudicación de las obras por algo más de un millón de euros en 2013 a la empresa Cabero Edificaciones. 


Entre medias, en julio de 2011 el Ministerio de Fomento confirmaba su inclusión en el 1% Cultural, en diciembre de ese mismo año se firmó el convenio y en agosto de 2012 se abrió el plazo de presentación de ofertas. Un proceso que culminó el 19 de marzo de 2015 con su inauguración. Aquel día la vieja iglesia dejaba de ser una ruina para convertirse en un lugar desde el que puede acariciarse el firmamento.


La rehabilitación no estuvo exenta de dificultades técnicas que el equipo de arquitectos superó con éxito. Uno de los mayores desafíos fue mantener el gran agujero de la bóveda del ábside, para cuya consolidación se empleó fibra de vidrio. También la cubierta tiene un gran trabajo detrás, y es que las luces led no están colocadas al azar, sino que recrean la posición exacta de las estrellas en la noche de San Juan. «Lo más complejo fue la conservación de la ruina. Hubo que estabilizar todo el edificio sin derribar nada, o tirando lo menos posible», recuerda Gutiérrez, quien detalla que «desde el primero momento tuvimos dos puntos de partida fundamentales: mantener la belleza de la ruina y dotar al edificio de entidad propia y contenido».


Otro de los grandes aciertos es que hay una clara diferencia entre los elementos originales de los añadidos en la reforma, dejando a la vista los métodos constructivos del siglo XXI, como se observa en la pared reconstruida, cubierta en su interior por un trampantojo de la pintora Ana Calvo, de Cevico Navarro.


En este lustro, Becerril ya no se entiende sin San Pedo Cultural, el gran proyecto que se ha convertido en el orgullo de sus vecinos y en una de las joyas turísticas de la provincia.