"Tenemos que alinearnos para hacer una estrategia postcovid"

SPC
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El presidente de la recién constituida Asociación de Hoteles de Castilla y León apuesta por un "cambio de modelo" en el sector para paliar los efectos de la pandemia

“Tenemos que alinearnos para hacer una estrategia postcovid" - Foto: JL Leal

Ante una situación sin precedentes, ya que la pandemia ha espantado a la mayoría de los turistas, acaba de crearse la Asociación de Hoteles de Castilla y León, constituida inicialmente por 14 hoteles de Ávila, Burgos, León, Salamanca, Soria, Valladolid y Zamora y que cuenta con 51 socios de todas las provincias de la Comunidad Autónoma, de cadenas como NH, Silben, Vincci, Secotel, Meliá y AC by Marrito, además de numerosos empresarios independientes.

El presidente de la Asociación es Carlos Díaz Ruiz, un madrileño que ha desarrollado toda su carrera profesional como empresario y directivo del sector hotelero. En la actualidad, es propietario del AC Hotel Zamora by Marriot, en la capital zamorana, y del Hotel El Hidalgo, en Valdepeñas (Ciudad Real).

Ha ejercido como director general de Turismo del Ministerio de Economía y Hacienda, vicepresidente de Turespaña y conejero en Paradores de Turismo, además de secretario general de la Federación Española de Hoteles y de la de Restauración y vicepresidente de Hotrec y de la Asociación de Cadenas Hoteleras.

¿Por qué se crea esta asociación?

La Asociación nace como consecuencia de la grave crisis de ocupación que sufren los hoteles de la Comunidad autónoma. Partimos de la premisa de que sin hoteles no hay turismo. Tenemos una comunidad que, en estos momentos, tiene una cantidad enorme de hoteles pero todos, vacíos y hay que llenarlos, Nuestros clientes no están en Castilla y León, sino que vienen de fuera porque el número de clientes locales es marginal. El año pasado tuvimos siete millones de clientes procedentes de España y dos, del extranjero y los hemos perdido en un porcentaje mayoritario.

¿Qué cifras de clientes registran los hoteles de Castilla y León?

Hasta que empezó el confinamiento, las cifras eran parecidas a las del año pasado pero desde la reapertura, la caída ha sido tremenda. Hemos perdido el 90 por ciento del turismo extranjero y también una gran parte del nacional. Las ocupaciones medias son de menos del 25 por ciento, es decir, hemos perdido cerca del 80 por ciento del cliente español. Desde la reapertura, en julio, hemos perdido el 60 por ciento del turismo nacional y en agosto, todavía peor. Cuando vengan las cifras de agosto, veremos que han sido peores. Esto nos ha hecho movilizarnos porque no podemos tener los hoteles abiertos y vacíos.

El turismo nacional no experimentó el repunte que se esperaba.

No. La idea de que no iban a venir los extranjeros pero los españoles iban a compensar la situación se ha demostrado que es falsa porque se han movido hacia zonas de playa y segundas residencias. El cliente hotelero en Castilla y León es de paso y, esta vez, han pasado sin detenerse. Los que salían de Madrid hacia el norte, desafortunadamente, casi no han parado ni en las gasolineras. Desde luego, en los hoteles, no. La actividad de las organizaciones empresariales no es la que nosotros queremos desarrollar. Nosotros estamos por la promoción y la comercialización turística. Esto no es una asociación empresarial en su puro concepto tradicional, sino un lobby, pensado para intentar recuperar los clientes hoteleros que hemos perdido, con la ayuda y la colaboración imprescindible de la Junta de Castilla y León.

¿Con cuántos socios parte la Asociación?

Tenemos 51 socios. La Asociación nace por los movimientos que había de intentar comercializar, sobre todo los hoteleros de Valladolid y de Salamanca. Los hemos ido coordinando con otros de otras provincias, de forma minoritaria. Nuestro objetivo es llegar a 100 hoteles pero no hemos tenido tiempo todavía. Nos hemos incorporado, fundamentalmente, las cadenas, los hoteles de representación nacional, y ahora tenemos que aglutinar al reto de hoteleros de las distintas provincias. Pretendemos tener un paquete representativo en todas las provincias para arrancar con este proceso. Acaban de salir las nuevas normas y ciudades como Salamanca y Valladolid van a estar absolutamente penalizadas de manera dramática durante un tiempo porque, prácticamente, no va a ir nadie, no habrá eventos y no habrá clientes en los hoteles. Pero nosotros no podemos esperar a que las administraciones decidan que la pandemia se ha reducido o a que aparezca una vacuna o un tratamiento. Tenemos que planificar. Hay movidas en Canarias y Baleares con los alemanes y los británicos, Madrid ya está ideando estrategias para cuando la cosa se suavice y nosotros tenemos que alinearnos para hacer una estrategia de comercialización post COVID-19.

¿En qué va a consistir esa estrategia?

Un punto importante es que hay que poner dinero.

Y ¿quién lo va a poner?

Pues tendremos que poner un poquito las empresas y, fundamentalmente, la Junta de Castilla y León, que es nuestro interlocutor principal. El dinero de Europa tardará en venir. Lo segundo que hay que hacer es diseñar una estrategia de comercialización. ¿Dónde están nuestros clientes y cómo recuperarlos? Hay que convencer a la gente de que cuando pase por Castilla y León tiene que pararse, al menos, una noche, a la cultura, el arte, los vinos… Recuperar congresos y convenciones va a ser mucho más complicado a corto plazo, así que tenemos que centrarnos en el turismo cultural, de paso y potenciar el de empresa porque los hoteles, sobre todo los urbanos, siempre han tenido un porcentaje significativo de clientes de empresa. El tercer punto es convencer a la Junta de Castilla y León de que tiene que hacer un Turespaña, que es un ente de promoción y comercialización turística exterior y moviliza extranjeros a España.

En realidad, todo esto se pedía mucho antes de que empezase la pandemia

Sí, se pedía pero no se ha hecho y ahora es el momento de que los hoteleros empecemos a empujar. Si alguien piensa que los hoteles de Castilla y León se van a quedar parados, con las inversiones y el personal que tenemos aquí, no es así. Nos vamos a movilizar y haremos lo posible por recuperar el turismo perdido.

¿Con cuánto dinero aportado por las empresas y la Junta arrancará el proyecto?

Hay que ser realistas. Tampoco pueden ser cantidades enormes pero creo que, para iniciar un nuevo modelo de comercialización exterior, sobre todo en las comunidades autónomas del entorno, como mínimo, dos o tres millones de euros. Tenemos capacidades limitadas. Los hoteles ya dedican partidas importantes a planes de inversión y comercialización en su estructura empresarial y se unirán a las de las administraciones.

En su presentación, la Asociación valoró positivamente el primer contacto con la Junta.

Sí. Primero, nos quejamos de que nos enterábamos de las cosas por el Boletín Oficial de Castilla y León o por la prensa y que eso perjudicaba los eventos planificados en los hoteles. Las restricciones de un día para otro, como la norma que acaba de entrar en vigor en Valladolid y Salamanca, hacen que quien tenga planificado un evento tenga que anularlo. Comprendo que la pandemia es una situación trágica y crítica y que hay que tomar decisiones sobre la marcha porque el problema sanitario es el principal pero no nos podemos quedar cruzados de brazos. En este sentido, la Junta fue muy sensible con la situación que padece el sector. Entendieron el mensaje: que no hay turistas, que los hoteles están vacíos y que tenemos el 60 por ciento de los trabajadores en ERTE y a ver qué pasa el mes que viene. Un hotel es una empresa industrial porque tiene un edificio, instalaciones y equipamientos y cuenta con una peculiaridad que no tiene ninguna empresa en la mayoría de los sectores, que es estar abierto 365 días al año, 24 horas al día, como un hospital. Tenemos que buscar clientes porque la habitación que se quede vacía hoy no la recuperas nunca.

¿Tienen cabida pequeños hoteles en la Asociación?

Tienen cabida todos los hoteles de una a cinco estrellas de Castilla y León. Lógicamente, las estrategias de comercialización que diseñemos son ‘macro’ y están pensadas para movilizar contingentes, no clientes específicos. En la primera fase, queremos que paren en Castilla y León los turistas que pasen por la Comunidad autónoma.

¿Hay algún precedente similar de caída del número de clientes en el sector?

No. Con la crisis financiera, hubo una época crítica en 2009 y 2010, cuando se registró una caída espectacular del cliente nacional, de empresa y eventos. Todo se desplomó pero, en aquella época, tuvimos la suerte de que nos salvó el turismo internacional. Por la estrategia de marketing, por lo que estaba haciendo Turespaña, las promociones y la potencia turística de comunidades como Canarias, Baleares y Andalucía, se produjo el gran salto del turismo internacionales España, que pasó de 40 millones a 60 millones. Después, se estabilizó y en los últimos años, llegamos a 84 millones. En aquellos momentos, la tabla de salvación de los hoteles fue el turismo internacional y, ahora, no hay esta posibilidad a corto plazo, por lo que tenemos que volver a planificar las estructuras de gestión y comercialización turística.

¿Tiene fecha de caducidad la nueva asociación? ¿Se disolverá cuando pase la pandemia?

Pues no lo sé. Nosotros estamos potenciando la idea para empujar y utilizar los instrumentos posibles, en colaboración con la Junta, para hacer cosas pero, desde el punto de vista hotelero, creo que los efectos de la pandemia van a durar. Es el momento oportuno para cambiar el modelo pero es más fácil decirlo que hacerlo. Nuestro objetivo es recuperar lo que hemos perdido y que la gente pare a dormir en Burgos cuando va a Cantabria o a dormir en Ponferrada y León si va a Galicia. Un turista procedente de Málaga que va a Galicia, siempre se detenía en Castilla y León y este año no se para.