La democracia plena es el crisol donde se recoge la sana convivencia de un país, el fulgor del que emana la esperanza de los pueblos prósperos y pacíficos, y donde la independencia de los poderes del estado es perfecta e irreprochable, sin atisbos de heteróclitas conductas al socaire de las políticas del momento.
La independencia de los poderes institucionales, supone, no interferir en su habitual funcionamiento, excepto las reconvenciones de cualquiera de los otros poderes, y que puedan derivarse de actuaciones que comprometan la paz y la estabilidad de la nación.
El horizonte y el modelo de las democracias plenas son: la Constitución y la Jefatura del Estado, en la primera se contiene la forma de vida del país, y la segunda, el ejemplo a seguir, el más alto representante del Estado ante la nación y el mundo, y su imagen en unas naciones la ejercen los reyes o reinas, y en otras, presidentes/as. Pero lo singular de una democracia plena y amparado por la norma constitucional, es que quien ejerce la jefatura del estado, disponga de la facultad de cesar al gobierno y convocar a formar gobierno, a la formación siguiente con más representación parlamentaria, o convocar elecciones, si un gobierno no ejerce sus funciones con arreglo al bienestar, la concordia, la paz y el progreso del país, y sume a este en: la miseria, la crispación, y el desorden.
La democracia plena se produce desde la lealtad al pueblo y al jefe del estado por los gobiernos sucesivos, y cuando estos, no exponen la independencia de los otros poderes institucionales, con el fin de que cada uno de ellos, pueda desempeñar con libertad las funciones de control a los otros poderes, con el objeto de subsanar, recomendar y aconsejar, y apelando a la cordura.
Es democracia plena, cuando el pueblo elige al gobierno que debe regir los destinos del país a través de las Cortes, y cuando el poder judicial es elegido por la magistratura de la justicia. Cuando los gobiernos y las administraciones cumplen sus funciones despojados de ideologías, las cuales en el poder, subyacen en demagogias que pierden a las naciones del mundo.
Democracias plenas son aquellas en las que no hay desempleo, ni  riesgo de pobreza, ni exclusión social.