Proyectos de nuevos pobladores para la Montaña Palentina

J. Benito Iglesias
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Cuatro iniciativas personales y profesionales de diez personas permiten un duro tránsito de la vida urbana a la rural, pero tras abandonar la ciudad hace años no tienen intención de volver

Proyectos de nuevos pobladores para la Montaña Palentina - Foto: unknown

Llegaron para quedarse desde varias provincias, e incluso con algún periplo en el extranjero, buscando en la mayoría de los casos un cambio desde el medio urbano al rural, y alquilaron o compraron casas para desarrollar proyectos personales y profesionales. Llevan residiendo ya entre 3 y 16 años en pequeños municipios del norte palentino. 

Estos diez nuevos pobladores que abrazaron una tierra que no era la suya, procedentes de lugares tan dispares como Londres, Málaga, Madrid, Bilbao, Reinosa, Salamanca, Valladolid o Burgos, han supuesto  un soplo de aire fresco frente a la creciente despoblación, especialmente en núcleos rurales orográficamente muy dispersos y castigados como algunos de la Montaña Palentina.

Sonia, madrileña, cuya madre ya fallecida no pudo cumplir su sueño de instalar unos apartamentos turísticos en una casa de Valdegama que compró hace 13 años, decidió mantener el inmueble con su hermana. «Ella, tras un tiempo en Valdegama, se fue a San Sebastián y, junto a mi marido Raúl, que es de Reinosa, tras vivir y trabajar en varios lugares de Cantabria, tomamos el relevo. Decidimos venir a la Montaña Palentina y lo hicimos un poco a la aventura, viviendo del paro y los ahorros y viendo qué podíamos hacer», explica.

Proyectos de nuevos pobladores para la Montaña PalentinaProyectos de nuevos pobladores para la Montaña PalentinaPoco después, llegó un proyecto de taller de empleo del Ayuntamiento para reformar las antiguas escuelas como albergue. «No tenían una idea clara. Ayudé para adquirir algunos equipamientos y nos dijeron que si hacíamos un plan de negocio y un proyecto podríamos optar a la gestión, que salió a concurso y nos fue adjudicada», rememora.

Sonia concreta que la instalación municipal que gestionan lleva menos de dos años funcionando. «No estamos en un lugar fácil y en invierno casi no viene nadie. Nos ayudó a arrancar la celebración en Aguilar de la exposición de Las Edades del Hombre en 2018 y el verano de 2019 al menos se mantuvo sin pérdidas, que no está mal para empezar con solo 16 plazas. Los fines de semana organizamos dos cursos de cosmética apícola con gran aceptación y cuando íbamos a hacer uno de fotografía de naturaleza llegó la pandemia», se lamenta, pero no arroja la toalla.

«Somos jóvenes y vamos a tirar para adelante y no tenemos ningún planteamiento de irnos porque estamos muy bien en Valdegama», afirma.

Proyectos de nuevos pobladores para la Montaña PalentinaProyectos de nuevos pobladores para la Montaña PalentinaDe vuelta del periodismo. De la misma opinión que Sonia es Jon, bilbaíno, escritor y periodista con un bagaje anterior de 15 años en la televisión de Marbella y ahora enfrascado en un novela que verá la luz en breve. «Mariví, mi mujer malagueña, y yo, nos cansamos de vivir en un lugar grande. Yo ya conocía Aguilar tras estar cinco años becado en el gabinete de prensa del Festival de Cine cuando estudiaba Periodismo en la Universidad del País Vasco», recuerda.Entonces Mariví trabajaba en una entidad bancaria y casualmente salió una plaza vacante en Aguilar. «Queríamos residir en un pueblo pequeño, dejamos todo y elegimos Renedo de Zalima, con solo 15 habitantes y situado junto al pantano», indica.

La idea inicial de Jon y su pareja era construir un hotel sin barreras arquitectónicas y totalmente accesible para personas con discapacidad y mayores con problemas de movilidad. «Al llegar a vivir nos dimos cuenta de que había una casa rural que llevaba años sin funcionar. Firmamos un alquiler y la hicimos funcionar bien un tiempo como un pequeño hotel, pero justo caducaba ahora el contrato y con la Covid-19 decidimos no renovarlo. No ha sido un fracaso y nos quedamos con que la Montaña Palentina tiene unos activos enormes, que ya conocíamos», expone Jon que, a través de una editora independiente o de la autoedición, está inmerso en la publicación de una novela costumbrista con un tono humorístico que ha titulado Fantasmas en la trinchera.

De regreso de Londres. Ricardo, otro de los nuevos pobladores, volvió a su Valladolid natal tras varios años entre Barcelona y Londres como profesor de masaje tailandés y masajista en un balneario. «Tenía una idea clara desde los 17 años, cuando por primera vez esquié en Alto Campoo. Entonces dije que me gustaría tener un hotel rural en esta zona y ese día llegó cuando unas lesiones no me permitían seguir con el trabajo que hacía en el Reino Unido», explica.

Proyectos de nuevos pobladores para la Montaña PalentinaProyectos de nuevos pobladores para la Montaña PalentinaPrimero estuvo en Jaén buscando un cortijo pero un amigo le dijo que el antiguo dueño del hotel rural Las Campanas, de Salinas de Pisuerga, dejaba el negocio. «Me vine para la Montaña Palentina, cuyas enormes posibilidades ya conocía, y llevo ya diez años. Salinas tiene tres hoteles rurales y cinco bares, junto a numerosos recursos turísticos cercanos y hace poco se incorporó como un poblador más Luis, encargado de la cocina del hotel», manifiesta.

Ricardo apuesta de lleno por un turismo no sobreexplotado como el que tiene el norte palentino. «Es demasiado desconocido y se necesita hacer más cosas y que se logre  contar con una mayor conectividad para que haya gente que pueda trabajar a través de Internet», dice, al tiempo que apunta que en su hotel ha habilitado una sala donde se dedica a ejercer su profesión, además de la de hostelero, que consiste en «ofrecer a los clientes y vecinos del pueblo sesiones de masaje tailandés, relajantes y con una técnica propia de quiromasaje».

Karma, José, Alicia y Pedro completan los ejemplos de nuevos pobladores y, en su caso, las dos parejas llegaron hace 16 años desde Valladolid, Salamanca y Burgos para regentar el hotel rural Piedra Abierta en San Martín de Perapertú, con 25 plazas y un apartamento turístico en un pueblo de 22 habitantes.

«Nuestras profesiones están relacionadas con la geología, la biología y la psicología y decidimos cambiar la vida que llevábamos ya que nuestro deseo era residir en el mundo rural y trabajar en algo relacionado con el turismo. Buscamos en muchos lugares para encontrar algo a la venta que nos  pudiera cuadrar, la obra de restauración duró tres años y abrimos en 2007», rememora.

La nueva pobladora, junto a sus tres socios, valora la buena acogida vecinal y es optimista de cara al futuro. «Empezamos con la anterior crisis económica y fuimos mejorando poco a poco. Ahora con la pandemia vino un parón que confiamos poder remontar. Ojalá sea verdad que se optará cada vez más por un turismo menos masificado. El trabajo es bonito y si te gusta relacionarte con la gente mucho más. Como conocemos muy bien la Montaña Palentina, podemos ayudar al cliente a que disfrute mucho mejor de sus numerosos atractivos», concluye.

La Fundación Abraza la Tierra apoya el asentamiento poblacional

La Fundación Abraza la Tierra es un instrumento jurídico con identidad propia basado en el proyecto de cooperación y desarrollo rural formado por 18 grupos de acción local (GAL), pertenecientes a las comunidades autónomas de Castilla y León, Aragón, Madrid y Cantabria, que decidieron en 2004 incidir conjuntamente sobre el problema de la despoblación. 

«Con la creación de la Fundación se da continuidad a un trabajo de más de 10 años hasta 2015, con financiación del programa Leader. En los territorios rurales beneficiados, como la Montaña Palentina, se logró asentar nuevos habitantes, muchos de ellos emprendedores. Al mismo tiempo, se dieron cambios sociales importantes, tanto en el medio rural como en el sistema general de valores. La crisis nos dejó sin apoyo  económico, pero de las actividades surgidas se apoya ahora a quien llega para asentarse mejor en los pueblos», explica María del Mar Martín, presidenta de la Fundación Abraza la Tierra.

En el caso de la provincia de Palencia los nuevos pobladores que buscan residir en la zona sur pueden recurrir al Colectivo para el Desarrollo Rural de Tierra de Campos (Campos y  Montes Torozos), cuya sede se ubica en la calle Mediana, 5 bajo  de Medina de Rioseco (Valladolid ), y pueden obtener más información en  www.cdrtcampos.es, en el teléfono 983 725 000 y en la dirección de correo colectivo@cdrtcampos.es.

«Tratamos de buscar los recursos necesarios a estas personas que quieren hacer ese tránsito de la vida urbana a la rural. Coordinamos distintas zonas y tiramos del voluntariado para acercar las nuevas oportunidades con negocios que precisan de relevo generacional y van bien en zonas con infraestructuras mejoradas y nuevos sistemas de comunicación. A todo ello se unen las nuevas tendencias  sociales que priman especialmente la calidad de vida y que priorizan los valores de lo rural», indica María del Mar Martín.

Ante esta realidad y, a partir del análisis de los errores y aciertos previos a la hora de fijar y atraer población a los territorios, la presidenta de la Fundación Abraza la Tierra significa que muchas de las iniciativas actuales se basan «en lo mejor de cada experiencia de los dieciocho grupos de desarrollo rural, que diseñaron un modelo de actuación para facilitar la llegada y la integración de nuevos pobladores emprendedores a las zonas rurales». 

objetivos. Los objetivos principales y las actuaciones realizadas se basaron en la creación de una Red de Oficinas de Acogida de Nuevos Pobladores-Emprendedores, cuya principal función es informar, asesorar y prestar apoyo a esos residentes tratando de conjugar sus necesidades personales y empresariales con los recursos del entorno. 

Para ello, se cuenta con un inventario de servicios e infraestructuras, viviendas disponibles en alquiler o venta y empleos (reales y potenciales) de cada pueblo. También se informa sobre subvenciones para cada proyecto y se hace un seguimiento de la acogida y el proceso de integración en el pueblo.