El miércoles familiares, amigos y admiradores palentinos de la grandísima deportista Conchi Paredes se reunían en la iglesia María Reina Inmaculada en una misa que permitió comprobar el magnífico recuerdo humano que ha dejado, unido al también imborrable sello que ha quedado para siempre en las pistas de atletismo en las que tantas veces saltó.
Uno de esos saltos, el mejor de cuantos efectuó desde que en 1990 la prueba fue reconocida por la IAAF en su categoría femenina, en el que alcanzó la ya mítica marca de 14 metros y 30 centímetros (en el Criterium nacional de saltos de Segovia), se produjo el 28 de junio de 1994. El viernes se cumplían 25 años.
La revista Atletismo Español, en su número de marzo de 2015, en un artículo de Miguel Villaseñor sobre la presentación de la Cronología de los récords y mejores marcas españolas de atletismo, recogía los emotivos recuerdos de Conchi de aquel récord casi eterno (duró hasta 2002, cuando Carlota Castrejana logró 14,51): «Viendo cómo iba la semana, de entrenos, el gusanillo que tenía en el estómago, hacía prever que algo bueno podía pasar [...]. Durante el salto se te pone la carne de gallina, aunque todavía me pasa cuando lo recuerdo, y volví hacerlo en el tercero, quería más pero hice tres nulos. Eran nulos de 14,60 y había testigos [...]. Me fui a casa tan contenta. Cuando llegué, ya estando sola, lloré de felicidad».

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