"Las parejas no tienen que sobrevivir como sea"

Carlos Luria
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Con sentido del humor. Una de las claves del éxito de esta escritora parisina de 'best sellers' en todo el mundo es su capacidad para divertir a sus lectores con unas historias que atrapan desde el principio

"Las parejas no tienen que sobrevivir como sea" - Foto: Philippe Matsas

El último libro de Raphaël Giordano es Cupido tiene las alas de cartón (Grijalbo). En él se pregunta cuestiones vitales como, por ejemplo, si existe la media naranja, ¿podemos amar si no nos amamos nosotros mismos?, ¿el amor debe durar toda la vida? La escritora gala súperventas narra la historia de una treintañera que deja a su pareja para encontrarse a sí misma. Una fábula de corte netamente romántico que invita a que propongamos una cita que pronuncia Meredith, la protagonista de la novela: «Convertir al otro en tu media naranja, ¿no es condenarse a depender eternamente de él?». 

¿Cuáles serían los pilares para mantener una relación? 

Los tres cimientos para que funcione el amor son la escucha y el deseo, pero, sobre todo, la autonomía. Una pareja está formada por dos individuos completos, lo cual quiere decir que la relación con el otro siempre se basa en la relación con uno mismo. Si uno está mal en su propia piel, las interacciones con los demás son negativas. Como decía Albert Camus, «uno no se puede amar sin amarse».

El juego de citas se detiene ahora en Woody Allen: «Los matrimonios se dividen en dos: los que duran toda la vida y los que acaban bien».

Es una buena cita para el tema del que hablamos. Y me hace pensar que hoy en día el concepto de pareja está en mutación total. Desde siempre, el amor es el amor, pero la manera de vivir ese amor ha evolucionado, como la propia sociedad. Vivimos cada vez más años, todo va más rápido, las costumbres cambian y, sin embargo, llevamos retraso en nuestra educación sentimental. Nos hemos quedado con esquemas de hace siglos, como el matrimonio para toda la vida. Mi propuesta sería decir: cada uno es libre de inventar su propia fórmula para poder vivir una relación. 

¿Uno de los nuevos esquemas sería la aplicación de citas Tinder, que uno de sus personajes utiliza compulsivamente? 

Efectivamente. El personaje de Rose busca el amor en las redes sociales. Lo cierto es que nunca antes había sido tan fácil tener citas, pero lo que me impacta es que detrás de eso hay muchísima soledad, confusión y pobreza afectiva. Queremos que todo vaya muy rápido, pero el amor no es apretar un botón del móvil. Habrá ocasiones en que funcionará pero, a menudo, la red social trae consigo sufrimiento. 

Y otra fórmula nueva, el llamado poliamor. 

No me interesa, y eso que yo soy muy creativa. Estoy en la mitad de mi vida, y mi intención no es volver a vivir la pareja de la manera tradicional. Pero el poliamor no me convence, aunque me lo he planteado. Hay que vivir cada historia intensamente el tiempo que dure. Y no hay que estar triste si una relación por la que se ha apostado se acaba, porque las parejas no deben sobrevivir a cualquier precio. 

¿Qué pasa si se termina el amor?

Cuando se acaba el amor es necesario un período de duelo, y eso no hay que acortarlo. Se necesita tiempo para que cicatrice la herida, no se puede uno lanzar a otra historia sin más. En mi caso, yo superé mi ruptura con amabilidad y ganas de perdonar. Decidí no caer en el rencor. Eso lo suavizó todo. 

La siguiente cita proviene nuevamente de la propia novela. «Si vas demasiado rápido, pierdes tu atractivo», asegura uno de sus personajes.

No lo dice en un sentido sexual. Ella piensa en la pareja, y yo estoy de acuerdo: no se gana nada mostrándolo todo. Siempre es bueno que haya misterios, secretos, rincones por descubrir. Eso alimenta el deseo. Por eso, decía Balzac que «es más fácil quedar bien como amante que como marido». Es evidente. 

Hablando de amantes, ¿cree, como dijera el genial cantautor Joaquín Sabina, que los hombres engañan más que las mujeres, pero ellas lo hacen muchísimo mejor que los hombres? 

Es posible, aunque no lo tengo muy claro. Lo que sí sé es que una infidelidad pasajera, de fin de semana, siempre debe ser perdonada.

Una amiga del novio de Meredith le acusa de que nunca aprenderá nada sobre las mujeres. 

Ni unos ni otros hemos terminado de saber sobre el otro. Nos esforzamos, pero a menudo no nos entendemos. Incluso yo, me sorprendo obligándome a mí misma a entender la mentalidad masculina. Hay que esforzarse y cambiar posiciones, sentarse en la silla del otro.

Para terminar, ¿está preparando en este momento otro libro? 

Ya está acabado. La próxima novela trata de los recursos que tenemos para trabajar la audacia con creatividad y espíritu emprendedor. El libro saldrá en 2021.