Importante salida a hombros para Juan del Álamo

Manuel Illana
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Tarde incompleta. Con ganas de salir por la puerta grande se quedaron Padilla y 'El Fandi', y miren que hicieron algún mérito · Al de Jerez se la cerró el desacabello y el granadino la tuvo en la mano

Toreros

Juan José PADILLA. De salmón y azabache. Oreja en su primero al que mató en la suerte contraria de estocada entera y certero descabello. Ovación en su segundo al que mató en la suerte natural de entera y cuatro descabellos.

David Fandila ‘EL FANDI’. De morado y oro. Silencio en su primero al que pasaportó de pinchazo en la suerte natural y entera en la contraria. Una oreja con fuerte petición de la segunda en el quinto, al que mató de pinchazo y estocada entera.

Juan DELÁLAMO. De blanco y oro. Cortó la oreja de su primero al que mató de pinchazo y estocada casi entera. Desorejó al que cerró plaza, al que en la suerte contraria recetó una certera estocada.

Ganadería

‘Antonio Bañuelos’. Corrida correcta en cuanto a su presentación y de juego desigual. Fueron aplaudidos el primero y el sexto. El ganadero burgalés no pudo repetir en ‘Campos Góticos’, bien a su pesar, el triunfo importante conseguido la temporada pasada.

Incidencias

La plaza se cubrió en algo más de la mitad de su aforo en tarde otra vez ventosa. Durante la lidia del cuarto, Juan José Padilla sufrió un varetazo en el esternón. Tras acabar la faena, fue atendido en la Enfermería donde se le diagnosticó una fuerte contusión en el tórax izquierdo.

Que la tarde tuvo importancia y contenido lo explica bien a las claras que a pesar de abandonar el coso cerca de las nueve de la noche no se hizo pesada en ningún momento. Ni la larga duración del festejo ni el frío que ya empezó a hacerse notar fueron capaces de que el respetable, que ayer acudió a la plaza en más cantidad que en el primer festejo, se aburriese y se marchara para casa o a cualquier otro lugar.

Y es que la fiesta de los toros tiene estas cosas. Tardes en las que te aburres y no ves la hora que aquello finaliza, o tardes, como la de ayer, en las que el tiempo apenas sí tiene importancia. Importancia que sí tuvo lo que en el ruedo sucedió desde que Padilla lidió al primero de la tarde hasta ese último en el que el salmantino Juan del Álamo sentó sus reales de buen torero en Campos Góticos.

Padilla recibió a sus dos toros  con largas cambiadas de rodillas como es norma de la casa. A su primero lo lanceó con buen ritmo a la verónica antes de entregarse por completo en el tercio de banderillas. Brindis al respetable y para empezar otra vez de rodillas, templando los muletazos y ganando terreno casi siempre en una faena en muy poco espacio sobre las dos manos rematada con una buena estocada  y certero descabello.

Comenzó la faena a su segundo cerrado en tablas y de rodillas hasta llegar al tercio para  sentirse torero. Faena de entrega total como todas las suyas en la que sufrió un fuerte golpe en el pecho que hizo pasar un mal rato al respetable. Se recuperó para finalizar adornándose de rodillas. Tenía en sus manos la puerta grande, pero el mal uso del descabello se la cerró. Lo sintió el torero que paso a la enfermería y también el respetable que aprecia en cantidad al Ciclón de Jerez.

Lo de El Fandi en la plaza es todo un espectáculo como ayer volvió a demostrar en Campos Góticos. Empezó su quehacer en el primero de su lote cerrado en tablas para lancear con gusto y clase a la verónica arrodillado con mando y temple. Lo mismo que cuando por chicuelinas llevó al caballo al de Bañuelos. Soberbio, torero y espectacular en banderillas entre la aclamación del público que disfruta de lo lindo viendo cómo ejecuta este segundo tercio. Fue silenciado en este toro después de una faena en la que lo intentó de todas las maneras posibles algo que el de Bañuelos no le dejó. El toro se paró y El Fandi desistió.

A sus manos fue a parar la oreja de su segundo con fuerte petición de la otra que el Palco no concedió. La cortó después de haber colocado cuatro soberbios pares de banderillas previos a una faena comenzada de rodillas en la que el torero tuvo que hacer absolutamente todo con entrega y decisión. El Fandi volvió un año más a ser ese torero que el público requiere en todas las ferias.

Lo mejor y más torero de la tarde vino de las manos del salmantino Juan del Álamo, que hacía su presentación en Campos Góticos y como tal lució un bonito terno blanco y oro. Un Del Álamo que poco a poco, tarde a tarde se va convirtiendo en ese torero que Salamanca sigue buscando y que España entera espera y desea. Los pasos que viene dando le tienen que llevar a ocupar un lugar entre los grandes. Ayer lo demostró y con creces en Palencia, en una tarde redonda de principio a fin. Tiene el toreo -el buen toreo- en la cabeza y la meta está cada vez más cerca. Sus andares, sus maneras de manejar con temple, gusto y verdad los engaños ponen bien a las claras todo lo que de él se dice. Faena importante la de su primero, un toro con las fuerzas justas pero con clase en el que las muñecas de Del Álamo hizo posible que no volviera a pisar el suelo. Temple, toque preciso, sensibilidad y muchas más cosas buenas. Meritoria esta faena como también la de su segundo, donde explotó con clase y fuerza el buen toreo que lleva dentro este buen Juan. Se arrima de verdad, la misma que imprime a todo lo que hace. Faena seria e importante de principio a fin. Es el toreo de siempre, el  que gusta y nunca cansa. Dos orejas de peso para una faena  importante. Así se torea. Sí señores.