Música a pinceladas

A. Benito
-

Alberto Acinas es uno de esos artistas valientes a los que no se les pone nada por delante. Mitad pintor, mitad músico, el artista palentino presentará el sábado 22 en el Universoro su último disco, 'Puntiagudo'

Música a pinceladas - Foto: Óscar Navarro

Puede que la música llegue al público de manera más inmediata y que la pintura sea un arte más reflexivo, pero ambas derrochan energía y emoción extrema cuando es Alberto Acinas quien firma canciones y lienzos. De él han dicho que es un «curandero con D.O. Ribera del Duero», un «sorpresón vestido de hechicero» y un «autor que destila músicas y letras en su alambique». Alberto Acinas es palentino y el próximo día 22 estará en el Universonoro presentando su último disco, Puntiagudo.


Para algunos, sus canciones «bucean entre el antifolk castellano y leonés, la renovación post-tradicionalista, la asalvajada e icónica canción de autor, el cuentacuentos proto-punk y el ruralismo más enrarecido». Acinas no odia las etiquetas, pero le resulta difícil usarlas para definir su propia música, así que suele resumir todo lo anterior en dos palabras: folclore contemporáneo. Lo cierto es que sus temas son «urgentes, breves y viscerales», pero si hay alguna categoría en la que se pueda encuadrar a este artista orgulloso de sus raíces es en la de «inclasificable».


Alberto Acinas estudió Bellas Artes en Salamanca y después en Cuenca, donde coincidió con chanantes personajes como Raúl Cimas, Julián López, Joaquín Reyes o Ernesto Sevilla. En la universidad de esta última ciudad tuvo la oportunidad de adquirir una formación «más amplia y multidisciplinar» y así fue como empezó a indagar en lo que él mismo denomina arte sonoro. «Comencé haciendo un noise extremadamente melódico. Siempre me ha gustado escribir, pero mis textos necesitan música. El formato canción es el ideal», apunta Acinas, que en el arte de componer y tocar coplillas encuentra «sanadores y terapéuticos» efectos.

Música a pinceladasMúsica a pinceladas


Lo que le sigue dando de comer es son sus cuadros, pero desde hace unos años la mitad del tiempo se la dedica a su otra gran pasión. «Se puede decir que la época profesional llegó en el año 2015, con la publicación de mi primer trabajo en vinilo: Cada cual con su mal. Después aparecieron Péndulo, en 2016, y Puntiagudo, en 2019», continúa este inimitable artista que interpreta canciones sobre experiencias personales, a veces con ironía y humor, y otras tirando de sinceridad y poesía.


Pero fue antes, en 2004, cuando empezó a experimentar con la música. «Algo se mantiene de aquella época en la que me gustaba investigar los efectos de la guitarra eléctrica. El resultado era muy estridente, a unos les encantaba y otros lo odiaban, pero con el paso del tiempo ese interés por modelar el sonido, convertirlo en algo dúctil, se ha convertido en algo más habitual. Ahí está el trap», añade Acinas, pionero en afrontar la tradición folclórica del centro-norte de España desde una perspectiva y una actitud contemporáneas.


En su construcción como artista, pictórico y musical, han dejado huella los distintos lugares hasta los que le ha llevado la vida. «Con 18 años salí huyendo de Palencia, como cualquier persona con inquietudes. Después de Salamanca y Cuenca, me afinqué en Madrid, donde estuve desde 2001 hasta 2009. De ahí di el salto a Berlín. Allí viví cerca de dos años en los que me dio tiempo a pintar mucho y a ensayar varias horas al día. Y entre 2010 y 2015 residí en México, un país del que regresé con estímulos e inspiración para toda la vida», rememora Acinas.

Música a pinceladasMúsica a pinceladas - Foto: Óscar Navarro


Durante ese último período, el artista también tuvo la oportunidad de pasar un tiempo en Brooklyn, uno de los cinco condados que conforman la ciudad de Nueva York. «Fui con idea de estar dos semanas y al final me quedé tres meses gracias a una persona a la que le gustó lo que hacía y me ofreció una residencia artística», indica Acinas, que conquistó a los norteamericanos con su talento y la fidelidad a sus raíces. «Hice varios cuadros y actué en Nueva York, Nueva Orleans y Los Ángeles», añade.


Tras esta experiencia, regresó a España donde vive desde hace cinco años a caballo entre Madrid y Palencia. «Tengo un estudio en Carabanchel, donde creo y expongo, y a Palencia vengo todo lo que puedo. Como suele pasar, he necesitado alejarme de ella para valorarla. Al volver de México me reencontré por completo con un paisaje que antes me parecía monótono y ahora creo que es una absoluta maravilla», confiesa un artista al que no le importa que le encasillen en el concepto de ruralismo.


«Es curioso, porque ni siquiera soy de pueblo, aunque sí de una ciudad rural. Ahora está de moda todo este tema, pero yo nunca he hecho este tipo de música de forma premeditada. Me sale de manera natural. Soy de aquí y me gusta hacer las cosas con honestidad», afirma Acinas cuya obra, tanto musical como pictórica, está plagada de toques naturalistas.

Música a pinceladasMúsica a pinceladas


'UN PAÍS PARA ESCUCHARLO'. Al concierto que se celebrará el día 22 en el Universonoro a partir de las 22 horas (las entradas ya se pueden adquirir al precio de 8 euros; en taquilla costarán 10), le seguirá la emisión el martes 10 de marzo del capítulo dedicado a Palencia y Santander de Un país para escucharlo, el programa musical de La 2 presentado por Ariel Rot. 


La actuación de Alberto Acinas a los pies del Cristo del Otero será una de las protagonistas de la velada.Los espectadores podrán disfrutar del tema Quita Quita y junto a Acinas, a la pandereta y los coros, aparecerá Sofía Nieto, que además vestirá una reinvención del traje tradicional de la mujer palentina.