El fiscal eleva de 4 a 9 años la pena por abusar de su hijo

ALBERTO ABASCAL
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La acusación pública subió su petición de cárcel para J.M.G.E. al entender que no fue una tentativa sino un delito consumado, según el relato de los testigos durante la vista oral

Imagen de archivo de una sala de vistas de la Audiencia Provincial. - Foto: DP

El Ministerio Fiscal decidió modificar ayer el escrito de acusación y elevó su petición de penas definitivamente, de los cuatro años de cárcel que inicialmente solicitada a los nueve años, para J.M.G.E., acusado de abusar sexualmente de su hijo autista y discapacitado intelectual, al considerar, al igual que la acusación particular, que no se trató de una tentativa sino de hechos consumados después de oír en la sala la declaración de los testigos durante el juicio que ayer prosiguió en la Audiencia Provincial y quedar finalmente visto para sentencia.

Hay que recordar que el acusado negó ante el tribunal que cometiera «hechos tan repugnantes que solo el hecho de  pensarlo» le ponían enfermo».  El procesado reiteró que los testigos que le incriminaron «jamás podían haber visto lo que dijeron porque se encontraban a una gran distancia».

J.M.G.E. desgranó durante su declaración el paseo que efectuó con su hijo en las inmediaciones del monte El Chivo de la capital. «Yo soy una persona muy cariñosa y, además, tengo todavía más cariño por mi hijo. Es una persona muy alta y, desde luego, me cuesta controlarle porque al ser autista y discapacitado tiene ciertos momentos movimientos erráticos», apuntó su padre.

El acusado indicó que no se explicaba la acusación vertida hacia él por parte de los testigos, de los que dijo que han demostrado tener «mentes calenturientas». «Evidentemente, cuando el chico necesita hacer sus necesidades fisiológicas en muchas ocasiones hay que ayudarle, como debe ser, pero afirmar que tenía relaciones sexuales con él es del todo falso», apuntó ante el tribunal. De hecho, su defensa ha solicitado la  libre absolución. Sin embargo, el matrimonio que denunció los hechos mantuvo ante la sala la misma versión de los hechos, tal y como denunciaron, una declaración «compacta y sin fisuras» a juicio de las acusaciones tanto pública como particular.

La Fiscalía, además, mantiene para el acusado de 10 años de libertad vigilada, con la obligación de participar en programas de educación sexual y otros tantos de prohibición de acercarse a la víctima a menos de 200 metros. 

Así las cosas, el fiscal pormenoriza que el acusado sacaba a su hijo del centro con una frecuencia semanal o similar. Al no poder hablar, el perjudicado no podía relatar ninguna clase de suceso a sus cuidadores. El joven está diagnosticado de autismo infantil, retraso mental grave y síndromes epilépticos, entre otras patologías. En la tarde del 11 de abril de 2017, el procesado supuestamente recogió a su vástago en el centro residencial y le llevó a dar un paseo. Sobre las 20,20 horas, le condujo en su coche a la cuesta del Chivo, próxima al polígono industrial.

El fiscal relata que, «con ánimo lúbrico», el procesado empezó supuestamente a besar a su hijo en la boca y después de forma prolongada. Posteriormente, se dirigieron hacia una zona de pinos y el padre, al parecer, despojó de la camiseta a su hijo para, a renglón seguido, sentarse y bajarse los pantalones para exponer sus genitales a los que acercó a la cara del vástago.