"En la ONU me sentí responsable de ser la voz de esos niños"

Juana Samanes
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Con inquietudes. El deseo de conseguir una mejor educación para niños de países desfavorecidos llevó a esta sevillana a involucrarse en este documental

"En la ONU me sentí responsable de ser la voz de esos niños" - Foto: Marta Majo

Coincidiendo con la celebración del Día Mundial de la Educación, el próximo viernes, se estrena un interesante documental que llevó a Marta Borrell, una adolescente sevillana de 14 años, a las entrañas de África. Su objetivo era entender e indagar por qué, en un mundo globalizado, los países más pobres del mundo siguen teniendo un sistema educativo deficiente a pesar de las ayudas que reciben. Las conclusiones que sacó de esa experiencia las pudo contar personalmente en la propia sede la de ONU.

¿Cuándo comprendió tu padre, director y guionista, que sobre ese tema había un posible documental y decidió que tu fueras la conductora?

A la vuelta de un viaje de mi colegio a Marruecos, le comenté a mis padres que me había quedado una espinita clavada sobre cómo podría ayudar a esos niños. Como mi padre se dedica al negocio audiovisual, sobre todo enfocado en temas sociales, hablamos y de ahí surgió la idea de filmar un documental, más aún cuando en la ONU hay una Agenda de la educación 2030 cuyo cuarto objetivo es conseguir una educación de calidad para todos niños. 

¿Qué es lo que más te asombró de los niños y jóvenes de esos países que visitaste? 

Lo que me llamó la atención es que, separando las condiciones físicas más precarias en las que viven, ellos tienen, como nosotros, ganas de vivir y de pasárselo bien. En el caso de los más pequeños me llamó la atención la curiosidad que tenían de aprender, querían absorber lo máximo de lo que les ofrecías.

Sin embargo, en el documental se percibe que eres crítica con algunos maestros de esos países. ¿Por qué? 

El problema es que son profesores que no estaban adaptados a los muchachos a los que daban clases. Eso acaba derivando en desinterés por parte de los alumnos. Hay que prepararles mejor como profesores teniendo en cuenta el perfil de los alumnos a los que van a enseñar.

En este trabajo ha entrevistado a grandes personalidades que trabajan en la mejora educación mundial. ¿Qué fue lo que más le impresionó de ellos?

Sin duda, la experiencia que tenían de los temas, pero, realmente, lo que me gustó del trabajo que hicimos en África es que vimos los problemas directamente y así es más fácil poderlos transmitir.

¿Cómo vivió tu intervención, nada menos que en la sede de la ONU, sobre las conclusiones que sacó de su viaje a África?

La productora del documental, Sara Fijo, que es mi madre, es la que peleó durante meses para que se escuchase mi voz en ese foro de la ONU. Acabé muy orgullosa de cómo terminó todo pero fue muy estresante; preparé un discurso de 20 minutos de conclusiones que se quedaron en cinco de exposición, pero quedó bien porque teníamos todo muy trillado. Fue importante porque en el Día de la Educación, del pasado año, 2020, yo fui la única niña del mundo en hablar en la ONU, cuando los menores somos los afectados por ciertas medidas. Me sentí muy responsable de ser la voz de esos niños de los que recibí todo tipo de testimonios y de presentar al sector de los pequeños en este mundo de la educación.

¿Tras esta experiencia única, ha cambiado sus preferencias profesionales para el futuro?

Antes de empezar el documental tenía claro que quería ser ingeniera robótica y, después de volver del viaje, se me vino abajo todo el plan, y tengo pensado focalizarme a temas sociales relacionados con la enseñanza y la educación.