Hombre, español y de mediana edad, perfil de los condenados

ALBERTO ABASCAL
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Hay una importante reiteración de delitos por el mismo delincuente tanto si se analiza desde el punto de vista del número de los cometidos como del número de penas impuestas por los tribunales de justicia

Hay una importante reiteración de delitos por el mismo delincuente, según indica el sociólogo palentino Javier Gómez Caloca. - Foto: DP

El sociólogo palentino Javier Gómez Caloca, tras analizar los datos publicados por el Instituto Nacional de Estadística, subraya que el número total de condenados ha sufrido un incremento del 12,65% (+92), entre 2013 y 2019. 

«Es muy diferente el comportamiento por sexos. Los hombres tienen un mínimo incremento del 3,51% (23 condenados más, de 656 a 679), pero las mujeres sufren un fuerte incremento de casi el cincuenta por ciento, el 49,29% (69 condenadas más, de 71 a 140), con un aumento continuo año a año», pormenoriza, a lo que añade que «se puede decir que en estos siete años, aunque hay una mayoría abrumadora de condenados hombres (en 2019 el 82,91% de los condenados eran varones)  se está  produciendo una cierta  feminización de las condenas al pasar de un 9,77 %  en 2013 a un 17,09 % en 2019».

El número de delitos también ha tenido una evolución negativa pasando de 849 en 2016 a 1.130 en 2019 (281 delitos más, un +33,10%). Por sexos, al contrario que en las condenas, la evolución es muy pareja incrementándose un 32,90 % los delitos cometidos por hombres (de 696 a 925, +229) y un 33,99% los cometidos por mujeres (de 153 a 205, +52).

Javier Gómez Caloca mantiene que «hay una importante reiteración de delitos por el mismo delincuente tanto si se analiza desde el punto de vista del número de los cometidos como del número de penas impuestas. Según el número de delitos cometidos, el 23,20% (190 de un total de 819) de los condenados ha cometido dos o más delitos. Además, según el número de penas impuestas, el 59,22% (485 sobre 819 condenados) tiene dos o más penas que cumplir. Sin duda, se produce una fuerte reiteración delictiva. La reeducación y la reinserción social es el instrumento más adecuado para que el primer delito no sea el inicio de una carrera delictiva, en la que según se va progresando los delitos se pueden ir haciendo más graves y la reinserción convertirse en imposible».

«Si nos fijamos en las edades de los delincuentes conviene resaltar que es el tramo de 41 a 50 años donde se encuentra la edad media de los palentinos (48,20 años según el INE para el 1 de enero de 2020). El segundo tramo de edad con más delitos es el de 31 a 35 años. Las cifras no parecen demostrar una delincuencia joven sino más bien de mediana edad», subraya. El sociólogo palentino explica también que en el último año se ha producido un fuerte incremento tanto de los delitos sexuales (+128,57% al pasar de 7 a 16), como de los condenados por delito sexual (+180%, de 5 a 14) y de las penas impuestas (+100%, al pasar de 23 a 46). 

«Hay que preguntarse si el cierto blanqueamiento al que  estamos asistiendo, en demasiado silencio, unido a una minoría negacionista de todo lo  relacionado con la violencia de género, además de no ajustarse a la realidad que nos dicen estas cifras así como las del Observatorio de la Violencia de Género, no está incitando al incremento de este tipo de delitos», indica Javier Gómez Caloca.

En cuanto a los menores, Javier Gómez Caloca quiere resaltar que desde que se publica esta estadística no hay delitos sexuales cometidos por menores de entre 14 y 17 años. Los delitos se van incrementando según se van cumpliendo años, representando casi el 36% de los delitos en los de 17 años.

Además, el porcentaje de las infracciones penales cometidas por menores extranjeros (cuatro delitos, el 7%) es todavía inferior al de los adultos extranjeros y está muy por debajo de los menores nativos (53 delitos, el 93%). «Una vez más los datos contradicen las fake y los hechos alternativo por ejemplo referidos a los menas (menores extranjeros no acompañados)», pormenoriza Caloca. «Preocupante es la reiteración delictiva entre los menores, ya que el 28% de los menores condenados ha cometido dos o más infracciones penales», añade.

En cuanto a las medidas adoptadas, Caloca señala que hay dos grandes bloques: Libertad vigilada (42,86%) y prestación en beneficio de la comunidad (32,14%), a las que se une, en tercer lugar, la realización de tareas socio-educativas, medidas acordes con el papel reeducador y socializador que ha de tener la justicia en estas edades.

«En este aspecto se hace muy necesaria la implicación de las administraciones sociales y educativas. Se están desaprovechando profesionales muy formados y preparados como los que desde hace años salen de la Facultad de Educación de la UVa en Palencia, específicamente los graduados en Educación Social. La mejor inversión para atajar el problema de la delincuencia es la inversión en prevención y sobre todo en las edades más jóvenes. Es una pena, pero mientras nuestros bien formados educadores sociales no pueden ejercer para lo que se han preparado o tienen que emigrar a otras comunidades autónomas, ninguna de nuestras administraciones más próximas e importantes (Junta de Castilla y León, Diputación Provincial o Ayuntamiento de la capital) les da la oportunidad de trabajar en un asunto de tanta importancia social como la reinserción y reeducación de los menores, y adultos, que han caído en la delincuencia», se lamenta el sociólogo Javier Gómez Caloca.