Todos con San Antolín

E. Marín
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El administrador diocesano fue el encargado de oficiar la solemne eucaristía en la que invitó a los palentinos a meditar sobre la situación que padecen los que definió como "mártires del siglo XXI"

La ciudad amaneció con los tradicionales cohetes anunciadores de la celebración de su día grande. Poco a poco los palentinos se fueron concentrando en los focos de actividad de la jornada y el primero de ellos fue la Plaza Mayor, desde donde partió en procesión la comitiva camino de la Catedral.

Tras un sentido Himno a Palencia, los integrantes de las peñas, los gigantones y cabezudos, la Banda Municipal de Música y las autoridades se dirigieron a la Seo para participar en la solemne eucaristía en honor del patrono San Antolín.

El recorrido hasta la Catedral se hizo más largo que otros años, ya que el buen tiempo permitió disfrutar del paseo, a lo que se sumaron las decenas de saludos y encuentros que durante el camino tuvieron las autoridades con los palentinos.

Estaban todos. Responsables políticos provinciales, locales, regionales y nacionales celebraron ayer juntos la festividad de San Antolín. Entre ellos destacaba la presencia de la vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría, que fue recibida en el Ayuntamiento, firmó en su Libro de Honor del Consistorio y se sumó como una más a la procesión hasta la Seo capitalina.

Allí esperaban miles de palentinos deseosos de celebrar la festividad de San Antolín y cumplir con las tradiciones propias de la jornada. Este año la eucaristía estuvo presidida por el administrador diocesano, Antonio Gómez Cantero y fue concelebrada por decenas de sacerdotes.

En su homilía hizo referencia a los mártires del siglo XXI, valiéndose de imágenes de «jóvenes, ancianos, niños, matrimonios, sacerdotes y personas consagradas, iglesias quemadas, pueblos arrasados, persecución, exilio, asesinatos y una profunda sinrazón enlutada de odio y visceralidad».

En esta línea destacó las miles de personas que se han convertido en mártires «porque valientemente testificaron su fe, entregando la vida». Invitó a los presentes a meditar sobre ellos y lanzó varias cuestiones como «¿Por qué causa somos capaces de entregar la vida?» o «¿cuándo nos unimos de una vez por todas para solucionar los problemas profundos, sobre todo de los más débiles?».

Añadió que contemplamos «las ejecuciones de nuestros hermanos en directo en la sala de estar, en nuestros hogares seguros, en la tranquilidad de nuestras conciencias adormecidas. Vemos la muchedumbre que huye de la guerra mientras paladeamos el postre».

Gómez Cantero se dirigió a los fieles señalando que «quizás no es políticamente correcto que en medio de unas fiestas populares os revuelva la conciencia con esta reflexión, pero somos creyentes y  estamos celebrando la Eucaristía». «No creo en las guerras y menos aquellas que los poderes de este mundo, del signo que sea, llaman santas. Pero sí que os llamo al testimonio de fe, esperanza y caridad en medio de nuestra sociedad. Si no, de qué nos sirve tener por patrón a un mártir, si no seguimos sus pasos», añadió el administrador diocesano.

año jubilar. Miles de personas escucharon al prelado que también hizo referencia en su homilía al Año Jubilar, el Año de la Misericordia, convocado por el Papa Francisco que desde el 8 de diciembre de 2015 hasta el 20 de noviembre de 2016 «marcará muchos de los acontecimientos de nuestras parroquias y de nuestra Diócesis durante este curso y parte del otro».

Tras la eucaristía llegó uno de los momentos más esperados por los palentinos durante todo el año: la bajada a la Cripta de San Antolín a beber el agua del pozo, a la que se atribuyen propiedades milagrosas. Primero lo hicieron las autoridades y, después, miles de personas que guardaron su correspondiente turno para cumplir con la tradición.