Subir o bajar el volumen, hacer una llamada, conectar ayudas a la conducción o consultar el ordenador del vehículo son algunas de las funciones que podemos hacer desde el volante, un aro que nos acompaña desde hace 120 años.
Para los que piensen que siempre ha estado ahí, recordarles que el primer coche del mundo, patentado por Carl Benz en 1886, al igual que el automóvil diseñado por Gottlieb Daimler y Wilhelm Maybach en 1889, carecían de él.
Entonces una simple palanca o manivela de dirección era la forma más fácil de manejarlos, ya que en ese momento los conductores de carruajes estaban acostumbrados a tirar de la rienda derecha o izquierda para dirigir a los caballos.
De una palanca a centro de mandosEntonces, ¿quien fue el fundador del volante? Para Mercedes y Peugeot este honor corresponde al ingeniero galo Alfred Vacheron. Lo diseñó para la primera carrera automovilística del mundo, que en julio de 1894 unió las ciudades de París con Rouen. En su Panhard 4CV, impulsado por un motor Daimler, sustituyó la palanca de la dirección por un volante para tener una dirección más precisa. A pesar de la innovación tecnológica no pudo ganar, pero volante había llegado para quedarse.
En 1900, Daimler equipó su coche de carreras Phoenix con uno con la columna de la dirección inclinada para facilitar su funcionamiento, aunque cualquier movimiento requería de gran esfuerzo.
En 1951, Mercedes-Benz introdujo en la columna de dirección una palanca de cambios, en 1955 la ráfaga con la luz de largo alcance, en 1963 permitía accionar los limpiaparabrisas y la función de lavado, y en 1971 introdujo, en el 350 SL Roadster, el volante de seguridad con cuatro radios con el que desapareció el aro de la bocina y sus botones pasaron al centro.
Los cambios no pararon: 1981 fue el año en el que acogió en su interior un airbag, 1998 en el que se convirtió en multifunción para que el conductor se centrase en la carretera y controlase funciones importantes solo con el pulgar y 2016 en el que recibió controles táctiles.
La generalización del airbag del conductor en los 90 llevó a Peugeot a evolucionar los materiales para revestir el volante (espumas, granulados y pespuntes) o incluir logotipos para sus versiones deportivas.
En 2012, Peugeot lanzó la primera generación del puesto de conducción i-Cockpit formado por un volante de tamaño reducido que permite situar el cuadro de mandos en una posición más elevada lo que facilita acceder a la información más relevante del vehículo.
Respecto al futuro del volante, hay que destacar que, con la conducción autónoma, la mayoría de las marcas lo está sustituyendo en sus prototipos por palancas o joystick como en los videojuegos. Parece que todo vuelve a su ser.