La producción de la cosecha de cereal en 2019 en la provincia de Palencia se situó en 778.494 toneladas, lo que supuso un 18,2 por ciento menos que la media de los últimos 18 años, según denunció Asaja. De esta manera, la pasada cosecha se ha convertido en la quinta peor de la serie desde 2002.

Un comunicado de Asaja Palencia confirmó que, con un “altísimo” porcentaje de los cereales de invierno de la provincia cosechados, la campaña ha sido “muy complicada” La nota repasa los numerosos problemas que ha tenido en el último año el campo palentino con unos meses de septiembre y octubre que fueron de los más secos en décadas mientras que noviembre fue sumamente lluvioso, lo que dificultó la siembra en una amplia extensión. Todo ello, generó que muchos cereales se sembraran iniciado el invierno. “En abril nos las prometíamos muy felices porque cayeron las típicas precipitaciones pero mayo fue uno de los más secos de los últimos sesenta años lo que dio al traste con las expectativas de cosecha que había en Palencia”, añadió.

El “remate”, concluyó, fueron los pedriscos y la plaga de topillos, que se cebó con la comarca de Campos, produciendo unas pérdidas superiores a 18 millones de euros y dejando un reguero de tularemia en el medio rural. En definitiva, Asaja consideró que da idea de las dificultades de una campaña agrícola para “olvidar”.

Según datos de Agroseguro, los cereales de invierno de la provincia de Palencia tienen cubierta la sequía en un 78,5 por ciento de su superficie y en el caso del pedrisco el dato sube al 86,5 por ciento. La sequía destaca en la siniestralidad, con un 37,4 por ciento de superficie siniestrada mientras que el pedrisco lo está en un 11,8 por ciento.