Espera mortal sin una cita médica presencial

ALBERTO ABASCAL
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Leonor Gil García, de 54 años, murió por culpa de un cáncer después de haber intentado durante meses ser recibida en su centro de salud

Imagen de Leonor Gil García proporcionada por su familia a ‘DP’ - Foto: DP

Leonor Gil García, de 54 años, casada y con dos hijos de 27 y 23 años, murió en septiembre por culpa de un cáncer de colon con metástasis después de haber luchado durante meses por tener una cita presencial en el centro de salud.

Su hijo Jonathan, el mayor de los hermanos, ha querido ahora salir a la luz pública para contar el caso de su madre. Primero lo hizo ante los micrófonos de Cope Palencia y luego ante Diario Palentino. «He querido contar la historia de mi madre para que todo el mundo sepa que además de los afectados por el coronavirus también hay personas que están sufriendo lo suyo con otras enfermedades y, en algunos casos, sin haber sido debidamente atendidas. Entiendo que el coronavirus es prioritario en estos momento pero solo pido a las autoridades sanitarias que sepan que hay otros pacientes, otras enfermedades y otras necesidades sanitarias, que no puede quedar apartadas», apuntó en declaraciones a este periódico.

La terrible historia de Leonor se fraguó entre los meses de febrero y marzo cuando comenzó a sentirse mal en la zona abdominal. «Le diagnosticaron falta de hierro y le prescribieron unas pastillas», recuerda Jonathan, aunque la familia ya había intentado acudir a una consulta presencial en el mes de marzo, en pleno confinamiento, pero sin suerte. «El médico siguió argumentando que la persistencia del dolor era debido a la supuesta falta de hierro», pormenoriza el hijo de Leonor.

auténtico suplicio. Desde entonces, la mujer sufrió un auténtico suplicio, con innumerables llamadas en busca de esa cita presencial que no llegaba mientras pasaban los días y los dolores iban en aumento.

De hecho, Jonathan subraya que mediante una atención telefónica le llegaron a decir,  «hasta dos veces, que eran gases, que tomase Aerored». Además, en varias ocasiones su estado de salud derivó en cuadros de fiebre, provocando que le realizaran pruebas PCR para detectar si padecía la Covid-19 que, por otro lado, siempre resultaron negativas.

«Podría ser Covid-19, nos decían también -reitera Jonathan- pero no todo es coronavirus, ya que a mi madre le llegaron a realizar varias pruebas PCR y nunca se confirmó un positivo».

Hacia finales del mes de agosto, concretamente el día 25, y seis meses después de los primeros síntomas, la situación de Leonor empeoró considerablemente. Los dolores llegaron a un punto que le obligaron a presentarse en la consulta de su médico de cabecera. «Nos remitió de urgencia al hospital Río Carrión y allí, tras las oportunas pruebas, le diagnosticaron un cáncer de colon con metástasis en el hígado. Un diagnóstico totalmente demoledor».

una mujer sana. «Mi madre duró dos semanas tras el diagnóstico, concretamente 17 días», se lamenta Jonathan, a quien otros casos que han salido a la luz pública durante los últimos días le han dado la fuerza para trasladar a la opinión pública el de su propia madre.

 «La gente tiene saberlo. Mi madre tenía toda una vida por delante, era una mujer sana, hacía deporte y ahora sabemos que tenía un alto umbral para el dolor. Estamos destrozados», comenta Jonathan quien, por otro lado, no culpa al médico de cabecera de la trágica situación que vivió su madre. «Esto es culpa de las alta instancias que no han puesto los medios y las medidas suficientes para que todo el mundo pueda ser atendido en condiciones», añade.