Puesta en valor de algo más que una caliza

DP
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La emblemática piedra conocida como bolo de la paciencia vuelve a su emplazamiento de la avenida de Castilla, a la altura de Puentecillas, una vez terminados los trabajos de limpieza

Puesta en valor de algo más que una caliza - Foto: Óscar Navarro

En la década incial de este siglo, durante el «primer mandato» de Ángel Luis Barreda como concejal del Cultura del Ayuntamiento,  el bolo de la paciencia -según explica este-  «se trasladó de la calle Santo San Pedro a la altura de Puentecillas», donde ayer,  después de ser sometido a un proceso de limpieza y retirada de cemento, la piedra de unos 800 kilos se volvió colocar, ahora sobre un basamento a modo de pedestal. Se trata de labores ejecutadas en el marco del programa mixto de formación y empleo Integración del Carrión,  cuyo objetivo es  la mejora de la accesibilidad, estado de conservación e imagen de los entornos de Puentecillas, declarado Bien de Interés Cultural (BIC) en 2005. 

La intervención en el bolo de la paciencia, como señala a Diario Paletino el coordinador formativo de los ocho alumnos que integran este programa mixto de formación y empleo, Santiago Hernández,  ha consistido en un limpieza para su «puesta en valor». «Restaurarlo y dejarlo como nuevo hubiera quitado su encanto; se hubiese convertido en un cilindro sin más», afirma. 

Cabe mirar atrás y mencionar  que en marzo de 2014 Miguel Ruiz Ausín, conocido y reconocido en los ámbitos social y cultural, recogió firmas  con el propósito de que el bolo de la paciencia,  entonces ya en Puentecillas, regresara al lugar que ocupó, y es que cerraba el paso rodado en una esquina entre la catedral y la plaza de  Cervantes hasta finales de los 50. Ruiz Ausín,  que en octubre de 2011 ya se dirigió al Ayuntamiento con esta cuestión,  recurrió  a Valentín Bleye y su Rapsodia de la ciudad abierta, donde puede leerse respecto al bolo de la paciencia lo siguiente: «Para los que vivimos y crecimos al compás de las horas monótonas de la vieja ciudad, ese megalito tiene una valoración casi sagrada. Es nuestra kaab, en el rito poético y cordial, de nuestros recuerdos infantiles». «En el bolo de la paciencia, cobraran paciencia las lavanderas que subían del Carrión con sus pesados cestos de ropa sobre las caderas», decía Valentín Bleye. Felipe Calvo en su Palencia pregonada hace referencia que quiso comprar la piedra para que no se perdiera. 

La reforma del acceso por Puentecillas a la emblemática zona de la ribera del Carrión junto al parque de El Sotillo sigue adelante tras la ralentización motivada por la declaración del estado de alarma, y  la previsión es que esté lista con el inicio de la próxima semana a falta de pequeños remates. Ya está casi ultimada la sustitución del actual solado por otro de piedra caliza similar al del puente.

 La próxima semana se procederá a la instalación de un nuevo solado de hormigón y piedra añadida en las dos rampas adyacentes, especialmente la de tierra que da acceso a Huertas del Obispo, bastante desigual y en pendiente, con un pegote de hormigón muy mal rematado. También se sustituirá la escalera peatonal pequeña que da acceso directo desde la avenida de Castilla a Huertas del Obispo a la altura de la calle Asterio Mañanós. Se demolerá y se hará más ancha, reparando los elementos que están deteriorados. 

Todo se hace con el objetivo de mejorar la accesibilidad y la puesta en valor del entorno en la margen izquierda del río Carrión. También dentro de este prograna se prevé acometer trabajos de limpieza, rejuntados y reintegración de la sillería de piedra caliza que conforma el muro en los entornos del monumento BIC.