El CDHerrera de Pisuerga (no confundir con el desaparecido CDHerrera, aunque sea su continuidad) es un equipo atípico. Mezcla niños alevines de primer año, de segundo, benjamines y niñas. Más bien, es uno de los muchos clubes que al no poder disponer del mismo número de jugadores que otros se ve obligado a esta variedad.

Sin embargo, tiene un sello de identidad propio, muy loable: su exquisito trato con el balón. Busca la posesión, las jugadas enlazadas, la salida del esférico desde la defensa. Todo ello, bajo la batuta de un pequeño niño, pero un gigante con el esférico, Pablo Sánchez. De casta le viene al galgo. Es sobrino de Chupri, el que fuera, entre otros equipos, jugador del CFPalencia.

Se trata de un jugador atípico, de los que ya pocos se ven, un  medio centro puro, un distribuidor de juego que abarca mucho campo y utiliza las dos piernas. Alevín de primer año, de pequeña estatura, pero de fútbol gigante. Pero no le valió al Herrera para doblegar al San Antonio, condenándole además su deseo de salir con el balón desde atrás.

San Antonio, a semifinales - Foto: Óscar NavarroEl San Antonio es un equipo muy bien trabajado, en el que impera el orden y que hace una muy buena presión y fruto de ella robó balones en campo contrario, en plena salida del balón rival, que acabó convirtiendo en gol. Los goles fueron poco a poco minando el juego de un cuadro herrerense que dejó su sello, pese a la goleada.

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